Puntos Clave:
- Después de ser declarada inocente de violar la ley de la iglesia, la Obispa Minerva G. Carcaño ha vuelto a dirigir la Conferencia Anual California-Nevada.
- Pero aún quedan dudas sobre lo que viene y cómo evitar juicios a la iglesia en el futuro.
- Una observadora del caso sugiere que la obispa y la conferencia pueden necesitar un tercero que los ayude a avanzar juntos.
La Obispa Minerva G. Carcaño dijo que le preocupaba volver a dirigir la Conferencia Anual California-Nevada después de su suspensión de 18 meses y posterior absolución en un juicio de la iglesia: “Mientras me preparaba para regresar a casa me preguntaba: ¿Cómo iba a regresar? ¿Cómo poder hacerlo? Nunca antes había pasado por esto" dijo a más de 300 personas reunidas el 1 de octubre en la Primera Iglesia Metodista Unida en Sacramento, California.
Ningún/a otro/a obispo/a o conferencia metodista unida ha pasado por esta situación antes.
Carcaño pronunció su sermón en un servicio de comunión de “Bienvenida a casa”, siendo ésta la primera vez que predicaba en 18 meses y poco más de una semana desde que un jurado de 13 clérigos/as metodistas unidos/as la declaró unánimemente no culpable de violar la ley de la iglesia.
Ella es la primera obispa de La Iglesia Metodista Unida (IMU) y sus predecesoras en someterse a un juicio eclesiástico en casi 100 años. También es la única obispa declarada inocente y reinstalada.
Con su absolución, Carcaño ha recuperado su papel de liderazgo y ha visto el fin de lo que ella describió como “destierro” de su amada familia metodista unida, pero quedan dudas sobre lo que sigue para la primera obispa latina de la denominación y la conferencia que dirige, incluidas las personas que presentaron las denuncias que llevaron al juicio y quienes testificaron en su nombre.
Líderes de toda la denominación también están buscando cómo evitar estas experiencias para quienes resulten involucrados/as en el futuro.
El primer juicio a un obispo
La Comisión Metodista Unida de Archivos e Historia ha encontrado registros de sólo otro obispo de la denominación y sus predecesores que enfrentaron un juicio eclesiástico. El líder episcopal era el obispo de la Iglesia Episcopal Metodista Anton Bast, elegido primer obispo escandinavo de la denominación en 1920, quien fue acusado de malversar los fondos de la misión para su propio beneficio.
En 1926 se enfrentó por primera vez a un juicio penal por cargos de fraude en su Dinamarca natal. Ese jurado lo declaró inocente de dos cargos de fraude, pero concluyó que había actuado mal en la mezcla de fondos por lo que fue condenado a tres meses de prisión.
Un juicio preliminar de la iglesia también encontró que algo andaba mal y fue suspendido hasta la Conferencia General de 1928. El juicio de la iglesia en esa reunión lo declaró culpable de los dos cargos que enfrentaba: “Conducta imprudente y no ministerial” y “Conducta imprudente”. Fue suspendido permanentemente del cargo episcopal y posteriormente renunció a su membresía clerical, pero mantuvo su inocencia en todo momento.
Su juicio en la Conferencia General de 1928 costó alrededor de $26.900, equivalentes a más de $480.000 en dólares de hoy.
Archivos e Historia tiene más información sobre Anton Bast.
Los juicios eclesiásticos son costosos pues incluyen costos de alojamiento del jurado y otros/as participantes en el caso, así como de cualquier ayuda legal. El precio podría fácilmente superar los $100.000. Los costos de este caso, que también fue la primera que se transmitió en vivo, aún se están calculando.
“Creemos que La IMU debería tomarse el tiempo para aprender del proceso de un juicio de la iglesia” dijeron Becky Posey Williams y la Revda. Denise Smartt Sears en un correo electrónico conjunto a Noticias MU. Ambas son ejecutivas de la Comisión sobre la Condición y el Papel de la Mujer y estuvieron entre las invitadas a observar el juicio y monitorear su imparcialidad: "Con demasiada frecuencia parece que 'cerramos el caso' y no aprovechamos el procesamiento, el cuestionamiento y el aprendizaje de nuestras experiencias".
El Libro de Disciplina, que contiene las leyes de la denominación, llama a los juicios eclesiásticos “un expediente de último recurso” y alienta a los/as involucrados/as a aceptar una resolución justa antes de que una denuncia llegue a ese punto. Pero a pesar de múltiples intentos, en este caso no se pudo llegar a tal resolución.
El juicio se llevó a cabo del 19 al 22 de septiembre en las oficinas de la Agencia de Beneficios, Pensiones e Inversiones Wespath, encargada de las pensiones de la denominación, ubicada en Glenview, Illinois. Los cuatro cargos que enfrentó Carcaño surgieron de tres denuncias presentadas por miembros de la Conferencia Anual California-Nevada que ella dirige desde 2016. Las denuncias se referían a tres disputas diferentes, pero todas compartían acusaciones de que la obispa había violado su autoridad y tomado represalias contra sus críticos/as.
Al final, el jurado decidió que no había visto pruebas claras y convincentes de que Carcaño se hubiera excedido en los poderes de los/as obispos/as metodistas unidos/as.
El Rev. Kiboko Kiboko, uno de los miembros del jurado, dijo a Noticias MU después del juicio que no creía que todos/as los/as miembros del jurado tuvieran la misma opinión cuando comenzaron sus deliberaciones: “Llegamos a esto desde diferentes lugares cultural, teológico, espiritual y sociológico. Sin embargo, pudimos trabajar muy bien entre nosotros/as para poder terminar el trabajo con la misma mente. Esa fue la obra del Espíritu Santo”.
Los/as cuatro denunciantes que testificaron durante el juicio fueron Diane Knudsen y los reverendos Jorge Dominges, Kristin Stoneking y Chelsea Constant, quienes declinaron hablar con Noticias MU para esta historia. Otras personas que testificaron en el juicio declinaron o no respondieron a la solicitud de declarar a Noticias MU y Carcaño tampoco ha respondido a las solicitudes de Noticias MU para comentar sobre esta historia.
Sin embargo, durante el servicio grabado del 1 de octubre ella dijo a los/as asistentes que también estaba luchando con sus propias preguntas sobre su regreso: “¿Cómo podría amar a todos/as? Ahora la pregunta no era: '¿Te amaría?' porque te amo, sino ¿cómo podría expresar eso de manera genuina, auténtica y curativa?
El tiempo que le queda en la conferencia es limitado ya que debido al límite de edad para los/as obispos/as, está previsto que Carcaño se jubile el próximo septiembre cuando cumpla 70 años.
El 12 de octubre, la obispa anunció cambios en su gabinete, los/as superintendentes de distrito que la asesoran en el nombramiento del clero de la conferencia. Los cambios incluyen nombrar al Rev. Blake Busick para que se desempeñe como decano del gabinete, cargo que anteriormente ocupaba el Rev. Shinya Goto, quien testificó durante el juicio de la iglesia en nombre de uno/a de los/as denunciantes del caso.
Durante el servicio de bienvenida a casa, Carcaño dijo que está buscando la guía de Dios y pidió a los/as asistentes que unieran sus oraciones a las de ella para que el quebrantamiento sea sanado.
Rachel Gipson, terapeuta autorizada, hija de dos pastores metodistas unidos y miembro de la Conferencia Anual California-Pacífico, ha seguido de cerca los procedimientos y advirtió en una publicación ampliamente compartida en Facebook que en esta situación, hablar de curación podría ser contraproducente a menos que todos/as los/as involucrados/as estén seguros/as. Le dijo a Noticias MU que un/a tercero/a con experiencia en manejar conflictos en el lugar de trabajo, así como también en dinámicas de raza, género, cultura y poder podría ayudar a crear esa atmósfera segura para que la obispa y las personas que ella dirige, avancen. "Creo que lo principal que todos/as pueden hacer es seguir prestando atención. El silencio de quienes están en el centro de este juicio no significa que todo esté bien resuelto y probablemente sería significativo para quienes atraviesan esta difícil experiencia saber que no están solos/as y que el cuerpo de la iglesia continúa dando testimonio”.
¿Cómo se desarrolló esta situación?
Nadie cuestiona el dolor que persiste después de una larga suspensión y juicio que ha dividido a muchos/as en la conferencia y en La IMU en general. El anuncio de la suspensión de Carcaño el año pasado sorprendió a muchos/as metodistas unidos/as.
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Carcaño ha servido en el ministerio ordenado durante 47 años, incluidas casi dos décadas como una de las líderes episcopales más destacadas de la denominación.
La Jurisdicción Oeste que abarca siete conferencias u organismos regionales en estados y territorios del oeste de Estados Unidos, eligió a Carcaño como la primera obispa latina de la denominación en 2004. A lo largo de su ministerio, se ha ganado el respeto por su apasionada defensa de los/as inmigrantes y otras personas marginadas.
Pero después de recibir las denuncias en marzo de 2022, los/as líderes de la Jurisdicción Oeste estaban tan preocupados/as por su gravedad y el riesgo de represalias que pusieron a la obispa en licencia mientras se revisaban las denuncias, y también anunciaron que la Obispa jubilada Sally Dyck serviría como obispa interina de la Conferencia Anual California-Nevada.
El problema fue que, si bien la suspensión de Carcaño fue muy pública, la naturaleza de las denuncias en su contra permaneció en secreto, en consonancia con el llamado de confidencialidad de la Disciplina. Eso generó rumores, sospechas y especulaciones en las redes sociales y en otros lugares. También fue motivo de preocupación la duración de la suspensión de la obispa del ministerio metodista unido, y varios grupos pidieron su reintegro y la restauración de su voz en el liderazgo.
Una suspensión no pretende ser considerada punitiva pues mientras está de licencia, un/a obispo/a recibe salario y beneficios completos, incluida la posibilidad de permanecer en la residencia episcopal asignada. Sin embargo, la suspensión de la Obispa Carcaño duró mucho más allá de la revisión inicial debido a la recomendación del comité de investigación de la Jurisdicción Occidental, un organismo que desempeña un papel algo similar al de un gran jurado en el sistema de tribunales civiles.
La suspensión también continuó mientras la obispa apeló su caso ante el Concilio Judicial, el equivalente de la denominación a una corte suprema. El Concilio Judicial se negó a pronunciarse sobre el asunto mientras el proceso judicial de la iglesia estuviera en curso. Sin embargo, cuatro de los/as nueve participantes en las deliberaciones del Concilio Judicial no estuvieron de acuerdo con la mayoría, y dijeron que se había violado un proceso justo y que la obispa debería ser restituida a su cargo.
La primera vez que el público en general supo los cargos que enfrentaba la obispa fue el día inaugural del juicio de la iglesia, trasladado a la Jurisdicción Norcentral a petición de la obispa. Esos cargos eran desobediencia al orden y disciplina de la iglesia, socavar el ministerio de otro/a clérigo, acoso y malversación fiscal. Al final, el jurado la declaró unánimemente inocente de las 25 especificaciones citadas para respaldar esos cargos.
El proceso del juicio fue duro para todos/as los/as involucrados/as. El testimonio de quienes apoyaron las denuncias así como de quienes defendieron a la obispa, incluyó el relato de discusiones generalmente muy privadas sobre evaluaciones de empleo y el trabajo de la obispa para fijar nombramientos pastorales. También contribuyeron a la tensión los trastornos y el aislamiento causados por la pandemia por el COVID-19.
Durante el juicio, tanto Carcaño como la Revda. Kristin Stoneking, una de las denunciantes, declararon que sentían un profundo pesar de que el conflicto de la conferencia hubiera llegado a juicio, sentimiento ampliamente compartido por quienes observaron el proceso.
¿Ahora qué viene?
El obispo retirado Alfred W. Gwinn, presidente o equivalente de un juez en el caso, invitó a representantes de tres organizaciones metodistas unidas a actuar como supervisores/as y garantizar la equidad del juicio. Además de los/as representantes de la Comisión Metodista Unida sobre el Estatus y el Rol de la Mujer, vinieron observadores/as de la Comisión de Religión y Raza y de MARCHA (Metodistas Representando la Causa de los Hispano-Americanos), el grupo hispano y latino de la denominación. Tanto MARCHA como Religión y Raza estuvieron entre los grupos que pidieron el fin de la suspensión de Carcaño.
Independientemente de las dudas que tuvieran antes del juicio, los/as representantes de los grupos coincidieron en que el juicio en sí fue justo. Gwinn se comunicaba periódicamente con los/as observadores/as a medida que avanzaba el juicio y al final del proceso, instó a quienes miraban en persona y en línea a encontrar una mejor manera de manejar las disputas que el proceso de juicio de la iglesia: "En este proceso no estamos presenciando en absoluto un mundo secular". Los/as observadores/as se lo tomaron muy en serio.
"Una solución podría pasar por encontrar un método que permita evaluar el proceso de denuncia fuera de la jurisdicción en la que se origina" dijo el Rev. Giovanni Arroyo, alto ejecutivo de Religión y Raza.
A la Revda. Lyssette N. Pérez, presidenta de MARCHA y pastora metodista unida en Nueva Jersey, le preocupaba que el juicio se llevara a cabo especialmente durante el Mes de la Herencia Hispana/Latina: La iglesia debería seguir las palabras de Jesús en Mateo 18: 15-17, pues en ese pasaje Jesús instruye a sus discípulos a intentar primero resolver un conflicto uno a uno y luego con uno o dos testigos antes de llevarlo a toda la iglesia.
"Esto muestra cómo debemos lidiar con la jerarquía y cómo debemos resolver nuestros conflictos; podríamos inspirarnos en Jesús y asegurarnos de que todos/as los/as líderes de nuestra denominación estén capacitados/as en resolución de conflictos” dijo Pérez.
Por su parte, Carcaño basó su sermón del 1 de octubre en 1 Pedro 2: 1-10 que comienza llamando a los/as cristianos/as a deshacerse “de toda malicia y de toda astucia, de la insinceridad, de la envidia y de toda calumnia”, y les dijo a los/as asistentes al servicio que mientras ora por la conferencia, se siente segura en la fidelidad y la misericordia de Dios: “Dios estará con nosotros/as cuando… volvamos a abrazarnos y a unir nuestras manos como pueblo de Dios. Estamos seguros/as de ello”.
* Hahn es asistente al editor de noticias para Noticias MU. La puede llamar al (615) 742-5470 o escribirle a newsdesk@umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org