En la mañana del 4 de julio, la Revda. Esther Lee de la Iglesia Metodista Unida (IMU) Cristo en Deerfield, Illinois estaba ocupada preparándose para darle la bienvenida a la comunidad a las festividades del desfile, después de un receso de dos años debido a la pandemia: “Estaba preparándome para nuestro sorteo anual de 400 perros calientes y abriendo nuestras puertas cuando la alerta de noticias llegó a mi teléfono sobre un tiroteo, y me dije que no podíamos ser nosotros/as, pero luego vimos todos los vehículos de emergencia corriendo por la carretera” dijo Lee.
Poco después, Lee y voluntarios/as de la iglesia que ayudaron esa mañana comenzaron a tener más detalles sobre un tiroteo masivo en el desfile de Highland Park, su comunidad vecina a solo tres millas de distancia, y el desfile de Deerfield sería cancelado.
Linda Floren, miembro de la IMU Cristo desde hace mucho tiempo, se ofreció como voluntaria esa mañana y dijo que la situación se volvía más y más aterradora cuanto más veían vehículos de emergencia y autos de policía de muchos pueblos que pasaban corriendo por la iglesia hacia Highland Park: “Comenzamos a llamar y enviar mensajes de texto a todos nuestros/as conocidos/as; algunos/as se agacharon y otros/as corrieron a un lugar seguro, pero todos/as estaban bien” dijo Floren y agregó que muchos/as miembros de la IMU Cristo son residentes de Highland Park.
Como muchos/as, Floren dijo que se sentía asustada y confundida: “Hicimos oraciones improvisadas en el patio y creo que estábamos paralizados/as por el miedo, sin saber qué debíamos hacer, pero queríamos estar aquí pero también queríamos llegar a casa y estar a salvo”.
La noche después del terrible tiroteo en el centro de Highland Park, permanecen en la calle coches de niños/as y artículos dejados por los/as asistentes al desfile. Foto cortesía de la Conferencia Anual del Norte de Illinois
Lo que se suponía que iba a ser un día de celebración y diversión se convirtió en puro caos, trauma, miedo y angustia inimaginable después de que un hombre armado abrió fuego contra los/as asistentes al desfile, matando a siete personas e hiriendo a docenas más.
Para llevar a la comunidad palabras de consuelo, líderes de muchas denominaciones y religiones se unieron para ofrecer oraciones de sanación y esperanza en las iglesias y sinagogas del área el día después de la tragedia.
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La IMU Cristo abrió sus puertas a la comunidad para una vigilia de oración el 5 de julio, cantando el himno “Amazing Grace”, teniendo lecturas de las Escrituras, encendido de velas y un tiempo para recordar a las víctimas y sus familias. “Venimos aquí con dolor, miedo, ira, anhelo de paz y consuelo curativo; anhelamos el fin de la violencia armada y el dolor de perder a seres queridos de manera tan trágica” dijo Lee.
El Rev. Cal Haines, quien acaba de ser nombrado miembro de la IMU Gracia en el cercano Lake Bluff, participó en la vigilia leyendo las Escrituras: “A lo largo del Nuevo Testamento, cuando las personas están en problemas, se unen. La comunidad es lo único que podemos abrazar y con quien compartir nuestras experiencias. No tenemos las respuestas lo que es aterrador y frustrante, pero es realmente importante estar juntos/as en una crisis como esta” dijo Haines.
El Rev. Jake Cho se mudó a Highland Park hace dos semanas con su esposa y su hija de 7 meses para comenzar su trabajo en la IMU Galilea en Highland Park, y acababa de comenzar a explorar el centro de la ciudad. Dijo que estaba conmocionado y angustiado al escuchar la noticia del tiroteo masivo mortal: “No he podido dormir porque me siento tan impotente y furioso al mismo tiempo. Mi corazón está muy apesadumbrado por todas las víctimas del tiroteo y no puedo dejar de pensar ¿y si mi familia fuera una de ellas?”.
El Rev. Jake Cho quien se mudó a Highland Park hace dos semanas para su nombramiento en la Iglesia Metodista Unida Galilea, ora por las víctimas del tiroteo, cuyos nombres están en siete cruces fuera de la Iglesia Presbiterianas Hightland Park. Foto cortesía de la Conferencia Anual del Norte de Illinois.
Aunque todavía era nuevo en la comunidad, el Rev. Cho encontró formas de ofrecer atención pastoral a través de Facebook y pasó un tiempo en el centro de la ciudad el día después de la tragedia, brindando oraciones y bendiciones a quienes las necesitaban. También participó en un servicio de oración vespertino interreligioso/ecuménico el 5 de julio que se llevó a cabo en la Iglesia Presbiteriana de Highland Park, que incluyó a funcionarios/as electos/as y líderes religiosos/as de las comunidades vecinas.
“Los animo a llorar porque está bien llorar y estar afligido/a” dijo Cho a quienes fueron a la vigilia. “Señor acompáñanos en nuestras luchas, en nuestro llanto, en nuestro dolor y que la paz de Cristo se sienta en quienes lloran juntos/as”.
En la vigilia se mencionaron el nombre de las siete víctimas, seguido de un momento de silencio. El Rev. Quincy Worthington de la Iglesia Presbiteriana de Highland Park brindó palabras de esperanza: “Nos reunimos aquí esta noche con la esperanza y la promesa de que podemos ver a Dios en medio de nosotros/as en el rostro de cada uno/a, y podemos sentir que Dios obra sanándonos a través de nosotros/as. Estamos en un momento de profundo dolor y de oscuridad y, sin embargo, nos aferramos a la esperanza de que, de alguna manera, hay una luz que brilla a través de esta oscuridad, y la oscuridad no puede vencer”.
Perros entrenados ayudan a brindar consuelo a las personas que luchan el dolor por lo ocurrido fuera de la vigilia de oración en la Iglesia Presbiteriana de Highland Park. Foto cortesía de la Conferencia Anual del Norte de Illinois.
Todavía conmocionada, la senadora estatal de Illinois Julie Morrison (D-Lake Forest) compartió cómo estuvo en el desfile con sus nietos/as y calificó el tiroteo masivo como una "masacre": “No es una palabra que usamos muy a menudo, pero eso es lo que sucedió. Todos hemos sufrido una pérdida real, pues realmente perdimos el estado de inocencia, pero al unirnos esta noche nos abrazamos colectivamente, nos apoyamos y sabemos que con la ayuda de Dios seguiremos adelante” dijo Morrison al describir la horrible tragedia.
La Revda. Dale Susan Edmonds, párroca de la Trinity UCC en Deerfield, dirigió un tiempo de oración para cerrar el servicio: “Señor, estamos conmocionados/as y desconcertados/as. Nuestra seguridad está destrozada, nuestros corazones están rotos y nuestra fe aturdida y estremecida. Señor, tranquilízanos, para que te oigamos y te podamos sentir. Ábrenos a la posibilidad de que podamos ver una nueva forma de estar juntos/as en este mundo” oró Edmonds.
En el lugar de la tragedia durante el desfile, un homenaje floral crece a lo largo de la acera. Muchos cochecitos, sillas y otros artículos dejados por los/as asistentes al desfile que huyeronn permanecen en el área segura, y cuando finalmente se retire la cinta del crimen, el proceso de duelo continuará un día a la vez.
Un monumento con flores y velas para las víctimas y los/as heridos/as crece en la acera cerca del área bloqueada después del tiroteo. Foto cortesía de la Conferencia Anual del Norte de Illinois
Los/as líderes religiosos/as dicen que la comunidad es más fuerte unida y los/as pastores/as dijeron que seguirán estando disponibles junto a quienes necesiten apoyo y un lugar para encontrar consuelo en los días y meses venideros.
“No importa por qué venimos, más que consuelo o esperanza con cada preocupación, toda su ira, la tristeza y la ansiedad son bienvenidas en este espacio. Que escuchemos y busquemos la presencia de Dios en este tiempo y que la presencia de Dios nos rodee, nos consuele y nos sostenga en este momento” dijo Lee a los/as asistentes a la vigilia.
Para leer la declaración del Obispo John L. Hopkins sobre la tragedia durante el desfile, haga clic aquí.
* Gerhardt es Directora de Comunicaciones de la Conferencia Anual del Norte de Illinois.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.