Si en la Conferencia General de 2021 se aprueba un plan para separar a La Iglesia Metodista Unida, hay más aspectos que considerar además de los cambios de nombre y la separación.
La aprobación del “Protocolo de Reconciliación y gracia a través de la Separación” significaría más que cambios de nombre y la creación de diferentes denominaciones de la iglesia actual, pues el plan preservaría La Iglesia Metodista Unida (IMU) con organismos regionales y daría flexibilidad en algunas de sus políticas, al tiempo que permitiría que las congregaciones de mentalidad tradicionalista formen una nueva denominación. También podría haber una denominación progresiva.
Tendremos que reestructurar, reformar y renovar La IMU posterior a la separación, remodelando la estructura de conexión de la denominación pues las agencias generales de la iglesia son actualmente insostenibles y debemos desarrollar un marco sostenible que mejore la misión de la iglesia.
La Conferencia General de 2016, el organismo de formulación de políticas de la iglesia adoptó un presupuesto que propuso gastar $347,6 millones, la suma de los Fondos de Servicios Mundiales y Administración General, durante el último cuadrienio para financiar las agencias respaldadas por aportes. El Fondo de Administración General también apoya a la Conferencia General, el segundo renglón más grande después de la agencia financiera.
Las agencias metodistas unidas financiadas bajo este presupuesto son las siguientes: las juntas de la Iglesia y Sociedad, Ministerios Globales, Educación Superior y Ministerio, Ministerios de Discipulado y Comunicaciones Metodistas Unidas (UMCom por sus siglas en inglés); las comisiones de Religión y Raza, Estado y Rol de la Mujer, Archivos e Historia, Hombres Metodistas Unidos, así como el Concilio General de Finanzas y Administración (GCFA por sus siglas en inglés) y la Mesa Conexional.
Esta estructura no es sostenible y las dos agencias encargadas de proponer el presupuesto cuadrienal a la Conferencia General, la Mesa Conexional y la agencia financiera, ya han anunciado que propondrán las reducciones más drásticas en la historia de la iglesia.
La agencia objeto de la mayor reducción es (UMCom por sus siglas en inglés), pues de manera preliminar, el presupuesto incluía una reducción del 35% para 2021-2024, pero debido a una tasa de recaudación propuesta más baja, se considera una reducción del 50%; el recorte efectivo es sustancialmente mayor con un impacto neto de reducción del 64% utilizando los pronósticos de GCFA. Ninguna organización puede mantenerse con tales reducciones, sin que esos cambios de tal magnitud requieran una reestructuración para llevar a cabo su misión con menos personal y gastos de programa reducidos. Cada agencia fue creada para proporcionar un ministerio en cumplimiento de una misión, pero no siempre creamos una nueva agencia para cumplir con un propósito de conexión. El Comité Metodista Unido de Auxilio y el Avance de Cristo no son agencias separadas, sino partes críticas de la misión y el trabajo de ayuda ante desastres de Ministerios Globales. Podemos usar estos ejemplos para dar forma a las agencias en el futuro.
Comentarios
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Al aplicar un nuevo marco de colaboración que no insista en la creación de nuevas agencias o la perpetuación de las agencias existentes, La IMU posterior a la separación puede continuar cumpliendo su misión sin estructuras innecesarias que involucren personal y bienes raíces.
El desafío es preservar los ministerios críticos sin sentirse en deuda con estructuras anticuadas e insostenibles. Actualmente tenemos tres modelos de ingresos diferentes para las agencias: con base en tarifa por servicio, híbridos y con base en el prorrateo. El modelo basado en tarifa por servicio funciona sin fondos prorrateados, y las agencias que funcionan de esta manera son Wespath, la agencia de pensiones, la Casa Metodista Unida de Publicaciones y Mujeres Metodistas Unidas, que siempre han funcionado con un pago de tarifa por servicio (Wespath y la editorial) o mediante generosas contribuciones directas de sus miembros (Mujeres Metodistas Unidas). Todas ellas deberían ser corporaciones separadas.
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El Concilio General de Finanzas y Administración es la agencia modelo híbrida, pues funciona sobre la base de pago de tarifa por servicio y mediante prorrateos. La agencia financiera debería adoptar el modelo basado en tarifa por servicio que sostiene a la editorial, a Mujeres Metodistas Unidas y a la agencia de pensiones. Funcionando sobre una base de pago de tarifa por servicio, cada organización estaría preparada para servir a las iglesias que se separan, a La IMU posterior a la separación y otras, ya que puede atraerlas.
La categoría desafiante está conformada por las agencias restantes, cuyos presupuestos están basados en prorrateo, pues es poco probable que sobrevivan si se convierten en pago de tarifa por servicio. Estas agencias proporcionan ministerios críticos, pero sus estructuras están listas para ser reconfiguradas.
Reconfiguración significa consolidación y reducción como camino de reestructuración, reforma y renovación. La Mesa Conexional es el único organismo coordinador. Hay cuatro juntas de programas: Iglesia y Sociedad, Ministerios de Discipulado, Educación Superior y Ministerio y Ministerios Globales; y hay cinco comisiones: Religión y Raza, Estado y Rol de la Mujer, Hombres Metodistas Unidos, UMCom y Archivos e Historia.
Consideramos que las agencias están listas para la consolidación y, de hecho, cuatro agencias de programas pueden ser insostenibles. Una opción sería fusionar Ministerios Globales con Iglesia y Sociedad.
La reconfiguración debe abordarse por etapas: la primera es la consolidación de los ministerios de las cinco comisiones en otros organismos. Las misiones encomendadas a UMCom y Archivos e Historia son administrativas y deben asignarse a la agencia financiera, y financiarse mediante el pago de una tarifa por servicio.
Las misiones de Religión y Raza y Estado y Rol de la Mujer, aunque únicas en su alcance, son similares ya que ambas están cargadas con la inclusión de la iglesia; podría decirse que esto es motivo de preocupación sobre cómo la iglesia interactúa con la sociedad y cómo la iglesia maneja sus propios asuntos. Estas dos comisiones deberían convertirse en brazos misionales de la Junta de Iglesia y Sociedad Metodista Unida. Posterior a la separación, la denominación tendrá una urgencia renovada de prácticas integradas de inclusión, equidad y justicia como parte de su naturaleza, y la Junta de Iglesia y Sociedad debe estar plenamente facultada para llevar a cabo esta misión.
Hombres Metodistas Unidos se estableció como una agencia independiente extrayéndola de los Ministerios de Discipulado, pues con ello se pretendía que, como Mujeres Metodistas Unidas, funcionara sin depender de los aportes, sino que se financiaba mediante cuotas anuales de membresía y contribuciones de miembros individuales. Sin embargo, sigue siendo una comisión financiada en parte por aportes y eso debe cambiar en la iglesia posterior a la separación. El grupo de hombres debe establecerse como una corporación de miembros.
La iglesia puede establecer una estructura que le sirva de manera óptima para el ministerio y la misión de conexión, haciendo juntos/as aquellas cosas que no hacemos bien por separado. La alternativa a un enfoque razonado y deliberado para la consolidación y reducción de agencias es permitir que la falta de fondos se haga cargo y lo haga por nosotros/as.
La financiación se puede utilizar como un sustituto de la toma de decisiones estructurales deliberadas, basadas en consideraciones de misión y ministerio. Hay tres maneras en que esto podría suceder en el período previo a la Conferencia General: la Mesa Conexional y la agencia financiera ya han decidido hacer la reducción más dramática jamás vista. Rechazaron proponer la misma reducción proporcional para cada agencia financiada con aportes y decidieron que la mayor parte de la reducción recaería en UMCom, una alta participación en las juntas de programas más grandes y casi ninguna en el resto de las comisiones.
El segundo método, rechazado por la Mexa Conexional y la agencia financiera en este momento, es reducir cada agencia en el mismo porcentaje; con este método, el dinero se distribuye como siempre se ha distribuido sin tener en cuenta dónde esos fondos tendrán el mayor impacto en la misión y el ministerio.
Un tercer método consiste en tomar decisiones durante la elaboración del presupuesto sobre dónde el dinero puede ser más beneficioso. Esta es la forma más desafiante de utilizar los fondos para la reestructuración: también es la menos utilizada porque es durante la elaboración del presupuesto cuando los grupos de cada una de las agencias que reciben fondos tienen la mayor influencia.
Lo más pernicioso que podemos hacer es lo que hemos estado hacienda: ignorar el problema y proponer y adoptar un presupuesto que no tiene esperanzas de ser financiado por las iglesias locales. En ese caso, las iglesias harán las reducciones al no pagar los aportes, lo que dará como resultado una versión del segundo método, de cortar todo proporcionalmente. Bajo ese método, la iglesia se marchita sin plan ni intencionalidad.
* Kelly Marciales y Lonnie Brooks son delegados/as suplentes a la Conferencia General de 2021. Marciales es una diácona metodista unida, organizadora comunitaria y miembro de la Primera Iglesia Metodista Unida en Wasilla, Alaska. Brooks ha servido como delegado laico o delegado suplente a todas las conferencias generales, excepto una, desde el año 2000. Es miembro de la Iglesia Metodista Unida San Juan de Anchorage y ha servido en cuatro agencias y comités de la iglesia general.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU_Hispana-Latina@umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.