La popular imagen estadounidense del primer Día de Acción de Gracias se parece un poco a una comida en una congregación metodista unida, al estilo del siglo XVII.
Imaginamos peregrinos con sombreros divertidos y nativos/as americanos/as con tocados de plumas inclinando solemnemente la cabeza en agradecimiento por la generosidad de Dios antes de compartir platos llenos de papas, maíz y, por supuesto, pavo. Es un cuadro pintoresco en el cual casi todo está mal.
Lo que muchos estadounidenses llaman el primer Día de Acción de Gracias comenzó con un malentendido y se convirtió en un mito.
Cómo ven los pueblos nativos de EE.UU.
el Día de Acción de Gracias
Los pueblos originarios estadounidenses ven la festividad de Acción de Gracias de diferentes maneras.
Algunos lo usan como un momento para llorar.
Algunas, como la Rvda. Carol Lakota Eastin, se centran en la fe y en el agradecimiento a Dios. "Lo que significa es que tenemos suficiente comida para sobrevivir al invierno", dijo. "Agradecemos a Dios que vamos a sobrevivir".
Muchos celebran el día como lo hacen otros/as estadounidenses, como un momento para pasarlo con familiares y amigos.
Cynthia Kent, presidenta del Caucus Internacional de Nativos/as Americanos/as y nativa de la nación Ute del Sur, dijo que su familia siempre abrió su hogar a personas que no tenían otro lugar adonde ir en Acción de Gracias: “No tenía nada de eso de los/as peregrinos/as nativos/as. Era solo un momento para comer, contar historias y disfrutar de estar juntos/a. Nadie habló de historia. Queríamos celebrar a la familia ".
Con este año que marca el 400to aniversario de la llegada de los/as peregrinos/as al actual estado de Massachusetts y un enfoque renovado en la historia racial de los Estados Unidos y la iglesia, vale la pena explorar tanto lo bueno como lo malo de cómo se desarrolló esta tradición estadounidense.
"Debido a que el Día de Acción de Gracias es realmente una celebración nacional, no directamente religiosa, es una ocasión espléndida para reflexionar sobre la historia real de Estados Unidos, no la versión ‘sentimentalizada’", dijo el Rev. William B. Lawrence. Es ex decano y profesor emérito de Historia de la Iglesia Estadounidense en la Escuela de Teología Perkins de la Universidad Metodista del Sur.
La Rvda. Carol Lakota Eastin, superintendente del Distrito de la Herencia de Lakota, ha escrito sobre la historia del Día de Acción de Gracias desde una perspectiva nativa: “El Día de Acción de Gracias es una idea universal y las culturas de todo el mundo tienen festivales relacionados con la temporada de cosecha en los que dan gracias al Creador por la provisión de alimentos. Así que nunca diría: 'no lo celebremos’. Pero diría ‘recuerde el enfoque principal, que es agradecer a Dios’”.
Lo primero que hay que recordar es que las personas nativas que participaron en la famosa fiesta no eran actores secundarios sin nombre. Eran el pueblo Wampanoag, una nación que consta de múltiples tribus en lo que ahora es Massachusetts y Rhode Island. Habían estado haciendo celebraciones de acción de gracias mucho antes de que los/as peregrinos/as pusieran un pie en Plymouth Rock.
Lo segundo que hay que saber es que los/as peregrinos/as nunca lo llamaron Acción de Gracias. Para ellos/as significó un tiempo sombrío de ayuno y oración. Pero ese día de otoño de 1621, la gente de la colonia de Plymouth no estaba involucrada en un acto de piedad sino de fiesta. Se regocijaban juntos/as después de una cosecha exitosa y celebraran disparando al tiro al blanco, entre otras manifestaciones escandalosas.
La tradición de Wampanoag sostiene que Ousamequin, su Massasoit o líder, apareció con unos 90 guerreros no porque fueran invitados, sino porque pensaban que los/as peregrinos/as, sus nuevos/as aliados/as, estaban bajo ataque, por lo que probablemente hubo tensión.
Aunque, los guerreros Wampanoag superaban en número a los/as peregrinos/as presentes. Sin embargo, la diplomacia triunfó y lo que siguió fue una fiesta de tres días en la que los Wampanoag proporcionaron cinco ciervos y los/as peregrinos/as proporcionaron aves y entretenimiento.
El menú pudo haber incluido pavo salvaje, varios tipos de mariscos y el plato Wampanoag llamado nasaump, harina de maíz mezclada con verduras y carne. No pudo haber papas, porque que todavía no eran un alimento conocido más allá de las comunidades nativas de América del Sur.
La moda de los celebrantes tampoco coincidía con las típicas figuras de Acción de Gracias. La gente de Wampanoag no usaba tocados grandes ni los sombreros de peregrino tenían hebillas. La reunión fue tan agradable que un peregrino llamado Edward Winslow escribió sobre ella en una carta a Inglaterra. Aún así, nadie sugirió celebrar una fiesta anual. El breve relato de Winslow describió la mayor parte de lo que los historiadores saben sobre la fiesta; Ll tradición de Wampanoag cuenta el resto.
La alianza Wampanoag-Pilgrim fue incómoda desde el principio, fruto de la desesperación de ambos lados. Los problemas de los/as peregrinos/asson más conocidos; eran separatistas de la iglesia de Inglaterra que cruzaron el Atlántico para adorar y vivir libres del acoso, las multas y la cárcel que habían experimentado en Inglaterra y el malestar que sentían en Holanda. Los/as peregrinos/asplaneaban establecerse en la actual Nueva York, pero los vientos fuertes los obligaron a aterrizar mucho más al norte justo cuando comenzaba el invierno.
De los 102 pasajeros del Mayflower, solo 52 sobrevivieron el primer año. Lo que no sabían era que la aldea aparentemente abandonada donde se refugiaron, había sido vaciada pos sus habitantes, no por elección sino por una enfermedad. En los años previos a que los/as peregrinos/as llegaran a tierra, una plaga, probablemente traída por marineros europeos, había devastado al pueblo Wampanoag.
Squanto, el amistoso nativo del que los/as niños/as aprenden en la escuela, hablaba inglés porque después de que los marineros españoles lo secuestraron y lo vendieron como esclavo, regresó a casa con ayuda inglesa. Cuando regresó a su aldea de Wampanoag, su familia y todos los que conocía estaban muertos por el contagio. Los/as peregrinos/asse instalaron en lo que había sido su ciudad natal.
Ousamequin, frente a la escasez de personal y las hostilidades con otras naciones indígenas, negoció un tratado de defensa mutua con el pueblo de Plymouth en marzo de 1621. La época de la armonía interracial resultó efímera, ya que la población de Plymouth creció con la llegada de más ingleses/as y puritanos/as, quienes establecieron sus propias colonias en Nueva Inglaterra. Juntas, las comunidades de colonos, hicieron la guerra a sus vecinos/as indígenas, se apoderaron de sus tierras y los/s vendieron cautivos/as como esclavos/as.
Quienes alguna vez fueron perseguidos/as se convirtieron en perseguidores/as; de hecho los/as habitantes de Nueva Inglaterra marcaron dos victorias sangrientas sobre los pueblos nativos con el Día de Acción de Gracias, lo que supuestamente era el tiempo de oración y ayuno. Durante la segunda ocasión en 1676, la gente de Plymouth también montó la cabeza de Pumetacom, el hijo de Ousamequin, en una pica.
El Massasoit Pumetacom, llamado Rey Felipe por los ingleses, trató de resistir la implacable expansión de los colonos. Lo que se conoció como la Guerra del Rey Felipe resultó en la pérdida de alrededor del 40% de la población nativa de la región, que luchó en ambos lados del conflicto. Pero la gente de Wampanoag logró sobrevivir, demostrando el tipo de determinación que los/as estadounidenses consideran parte de su carácter nacional.
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Este año, el Caucus Internacional de Nativos/as Americanos/as de La Iglesia Metodista Unida (IMU) asumió la causa de sus ancestros, la tribu Mashpee Wampanoag, en una disputa por la tierra con el gobierno de Estados Unidos. En junio, un juez federal falló a favor de la tribu. Sin embargo, la matanza del siglo XVII cambió la población de Nueva Inglaterra. Esa fiesta de tres días en 1621 permaneció en gran parte olvidada durante más de 200 años.
El Rev. Alexander Young, un pastor de la Iglesia Unitaria-Universalista nacido en Nueva Inglaterra, siempre ha tenido un gran interés en todo lo relacionado con los/as peregrinos/as. De acuerdo con Young, los festivales de la cosecha de Acción de Gracias se habían vuelto bastante comunes en Nueva Inglaterra, según una compilación de documentos sobre los/as peregrinos/as que datan de 1841 y que incluyen el texto de la carta de Winslow, con una nota a pie de página que llamaba "El primer día de acción de gracias", para describir aquel encuentro.
Ese nombre se pegó y otra personalidad de Nueva Inglaterra, apasionada por la preservación histórica, llevó el concepto más allá de la costumbre regional. Sarah Josepha Hale era algo así como la Martha Stewart de mediados del siglo XIX. Editó Lady's Book de Godey, una revista que incluía poesía, cuentos y consejos para mantener el hogar y la familia. Hale también escribió la canción infantil "Mary Had a Little Lamb".
Pero quizás su contribución más notable fue usar la revista para impulsar un feriado nacional de Acción de Gracias. Los políticos ignoraron en gran medida sus solicitudes hasta 1863, cuando el presidente Abraham Lincoln firmó "Un Día Nacional de Acción de Gracias y Alabanza" en medio de la Guerra Civil. Su carta a Lincoln, se cita a menudo como un factor en la decisión del presidente.
“Este día festivo promovido por Hale ha permanecido, incluso durante períodos de agitación social y transformación de roles de género”, dijo Anne Wills, presidenta y profesora de estudios religiosos en el Clegio Universitario Davidson, de Carolina del Norte.
Wills, cuyos intereses de investigación incluyen los mitos cívicos estadounidenses, dijo que incluso sin la historia del "primer Día de Acción de Gracias", se habría inventado algo parecido. "Es un muy buen ejemplo de 'mito', ya que la historia que contamos es totalmente incoherente ante tan inconmensurable con los hechos que conocemos. Necesitamos el Día de Acción de Gracias para sentirnos bendecidos y generosos, incluso si nuestra experiencia y / o nuestras acciones diarias no coinciden con esos sentimientos", dijo Wills por correo electrónico.
* Hahn es un reportero de noticias multimedia para Noticias Metodistas Unidas. Comuníquese con ella al (615) 742-5470 o newsdesk@umnews.org.
** El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Noticias Metodistas Unidas para la audiencia hispano/latina. Puede contactarle al (615)742-5155 o por el correo: gvasquez@umnews.org. Para leer más noticias metodistas unidas, suscríbase gratis a UMCOMtigo, un resumen quincenal de noticias y recursos comunicaciones.