Desde sus comienzos, el movimiento metodista ha puesto particular atención a las preocupaciones de los/as trabajadores/as, pues la justicia, dignidad e igualdad de los/as trabajadores/as son parte integral de nuestra enseñanza y patrimonio social. El pueblo metodista ha sido parte del movimiento laboral a lo largo de la historia, siempre comprometido con la equidad y la justicia en el lugar de trabajo.
Cuando John Wesley, uno de los fundadores del movimiento metodista, comenzó su ministerio en la rápida industrialización de Inglaterra, no existía un "movimiento obrero" en la forma en que lo entendemos hoy. Sin embargo, Wesley predicó y se preocupó por los mineros del carbón y otros/as trabajadores/as oprimidos/as, se opuso a la esclavitud y abogó por proteger a las personas de condiciones laborales peligrosas. Después de su muerte, sus seguidores continuaron abordando las injusticias que afectaban a los/as trabajadores/as y ayudaron a crear los primeros sindicatos británicos basados en la estructura de las sociedades metodistas.
Lo que dice la Iglesia en torno a:
Derechos de los/as Trabajadores/as
Derechos de los/as Trabajadores/as Agrícolas en los Estados Unidos
En los Estados Unidos, los/as metodistas estuvieron entre los/as primeros partidarios/as del movimiento obrero, por lo que tanto miembros laicos como el clero desempeñaron papeles de liderazgo apoyando a los/as trabajadores/as de la confección, en la industria textil, a trabajadores/as agrícolas y trabajadores/as de fábricas, y defendieron la aprobación de la Ley de Normas Laborales Justas y la Ley Nacional de Relaciones Laborales.
A principios del siglo XX, la iglesia trabajó para acabar con el trabajo infantil y adoptó el primer Credo Social en 1908, que se ocupaba exclusivamente de las prácticas laborales. En la década de 1950 durante el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos, el pueblo metodista luchó por salarios justos y mejores condiciones de trabajo.
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La Iglesia Metodista Unida a través de sus Principios Sociales, reconoce y apoya el derecho de los/as trabajadores/as a organizarse en sindicatos de su propia elección y negociar colectivamente con respecto a horas, salarios y condiciones de empleo. Adicionalmente llama tanto al empleador como al sindicato a “negociar de buena fe en el marco del interés público”.
Desde el Credo Social de 1908 hasta los Principios Sociales de hoy, la creencia en la dignidad humana otorgada por Dios sustenta el énfasis histórico de los/as metodistas unidos/as en la justicia del/la trabajador/a pues considera que la justicia en el lugar de trabajo incluye salarios justos, licencia por enfermedad pagada, licencia de maternidad pagada y condiciones seguras. Durante más de 100 años hemos apoyado un salario digno en todas las industrias y nuestros Principios Sociales dejan en claro que creemos que las personas y no las ganancias, deben estar en el centro de nuestro sistema económico:
La Iglesia Metodista Unida proclama: "En las Escrituras Dios nos ordena que tratemos a los/as trabajadores/as con respeto, dignidad y justicia, pues su explotación o el pago insuficiente es incompatible con el mandamiento de Cristo de amar a nuestro prójimo, un amor que se extiende a todas las personas en todos los lugares, incluso el lugar de trabajo." (Modelo de Salario Digno, Libro de Resoluciones).
Vea este video de reflexión Una oración metodista unida por los/as trabajadores/as.
* Este material fue producido por Pregunte a La Iglesia Metodista Unida, un ministerio de las Comunicaciones Metodistas Unidas.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.