Visitando los ministerios metodistas que trabajan con inmigrantes en la ciudad de Tijuana, pastores/as y laicos/as hispano-latinos/as integrantes de MARCHA (Metodistas Asociados/as Representando la Causa Hispano-Latina), abrieron el preámbulo de la asamblea del caucus de 2024.
El grupo de líderes, provenientes de diferentes partes del país, tuvieron la oportunidad de cruzar la frontera y visitar varios centros de apoyo, a los miles de migrantes que se mantienen esperando respuesta a sus solicitudes de asilo, para ingresar a los EEUU desde ese punto fronterizo.
En la visita, el Obispo Manuel Ruelas López de la Conferencia Anual del Nor-Oeste (CANO) de la Iglesia Metodista de México (IMMAR), acompañó al grupo a visitar varios de los ministerios que mantiene la iglesia en Tijuana y compartió lo que la conferencia viene haciendo para atender a las familias migrantes en esta región.
Lourdes Medrano, Directora del Centro 32, comparte con los miembros de MARCHA y el cuerpo de voluntarios, el trabajo que viene realizando esta institución sin fines de lucro en favor de las familias migrantes que se mantienen en la frontera, a la espera de ingresar a los EEUU.
Centro 32
La primera parada fue en el Centro 32, una institución sin fines de lucro, que recibe aportes de diferentes organismos, incluidas la Iglesia Metodista de México AR (IMMAR) y UMCOR (Comité Metodista Unido de Auxilio, por sus siglas en inglés). Este centro brinda apoyo a migrantes cubriendo necesidades básicas. Su prioridad es ofrecer alimentación y ubicar hospedaje a través de la red de refugios establecidos en la ciudad: “Una vez que se ha podido cubrir las necesidades básicas, ofrecemos asistencia en la educación para /as niños/as de las familias que están en espera en sus procesos migratorios”, dijo Lourdes Medrano directora de este centro.
El Rev. Jorge Rodríguez, miembro de MARCHA de la Jurisdicción Oeste colabora con el equipo de voluntarias del Centro 32, en la elaboración de las pupusas que fueron servidas en el almuerzo que diariamente se sirve a las familias migrantes.
“Aquí recibimos personas, sin distinción de raza, religión, ni nacionalidad. Llegan familias de todos los continentes y buscamos proveerles un espacio de oportunidades. No queremos victimizar a las familias migrantes, quedándonos en el relato de la triste historia que conlleva el difícil proceso de inmigración, sino proveer herramientas y oportunidades para que puedan seguir su camino”, agregó Medrano.
Entre las difíciles y encomiables tareas que desarrolla este centro, proveyendo atención emocional y orientación psicológica a los/as niños/as y sus familias, está el contacto y seguimiento con organizaciones en los EEUU, para que asistan a los niños/as y adolescentes que cruzan la frontera por sus propios medios.
Norma Betancourt (izquierda), ministra laica de la Conferencia Anual de Cal-Nevada, junto con la Revda. Lilia Ramírez (centro), de los Ministerios de Discipulado de La Iglesia Metodista Unida fueron parte del grupo de miembros de MARCHA que estuvieron apoyando a las voluntarias encargadas de la atención de los/as niños/as migrantes, que acuden diariamente al centro en búsqueda de alimentos, donativos, apoyo psicológico y otros servicios que se proveen a las familias.
Las diversas tareas que realiza este centro se basa en el trabajo voluntario de muchas personas, mujeres en su gran mayoría, que ofrecen sus capacidades y su tiempo para “dignificar a las familias inmigrantes”, en medio de un creciente clima de estigmatización y rechazo, promovido por retóricas político-electorales que sacan provecho de la condición de vulnerabilidad de las personas que están en esta difícil condición, tanto en México como en los EEUU.
Yesica, es una de estas voluntarias, quien llegó como inmigrante al centro: “conocí este lugar en un momento muy difícil de mi vida, enfrentando problemas de salud, sin recursos ni mayores posibilidades y aquí me abrieron la puerta y me bendijeron. Ahora trabajo voluntariamente aquí, para servir a otros/as que están como estuve yo”.
Familias inmigrantes de diversos países asisten diariamente al Centro 32 donde reciben alimentos, orientación en diversos aspectos de salud, educación y migración.
Elsa es otra de las voluntarias que llegó como migrante al centro y fue atendida con calidez y cariño según recuerda. Ella es parte del equipo que atiende diariamente a las familias migrantes que acuden diariamente por comida, información, atención para sus niños/as y otros servicios. Ella recuerda cuando llegó al centro “todos/as venimos llenos/as de sueños, ilusiones y con el estómago vacío”. Al igual que muchas otras voluntarias, hoy Elsa contribuye a mantener la esperanza de las familias que emigran a través de esta frontera buscando un mejor futuro.
El comedor Juan 6:35 es una iniciativa de la Iglesia Metodista de México (IMMAR), apoyada por UMCOR (Comité Metodista Unido de Auxilio), que ha atendido -solo el primer semestre de 2024- a más de 13.800 personas, ofreciendo comida caliente, ban1os y duchas a las familias inmigrantes asentadas en Tijuana.
“Yo soy el Pan de vida”
La segunda visita fue al comedor Juan 6:35, el cual es administrado por la IMMAR como parte de su red de ministerios, que sirven a migrantes en varias regiones del país. Este comedor fue abierto antes de la pandemia del COVID y ha venido sirviendo a miles de personas migrantes en los últimos años.
Solo en el primer semestre de 2024, se atendieron 13.800 personas proveyéndoles comidas calientes y con el valor nutricional necesario para la jornada diaria. Además, en sus instalaciones ofrecen baños y duchas para migrantes sin albergue. Este espacio fue auspiciado con apoyo de UMCOR, que mantiene una colaboración para su funcionamiento, mientras congregaciones de la IMMAR y otras organizaciones de la ciudad, contribuyen con otros recursos, insumos y trabajo voluntario.
El Rev. Felipe Ruiz, ha sido uno de los líderes de la IMMAR que ha impulsado el proyecto Comedor Juan 6:35, para ayudar con la alimentación de las familias migrantes, que se encuentran en la ciudad de Tijuana.
El Rev. Felipe Ruiz, quien fuera obispo de esta conferencia anual cuando se inauguró el comedor y uno de los principales promotores de este proyecto, compartió la historia y varias experiencias y testimonio de fe de lo que ha significado dar alimento a tantas personas en necesidad: “un día no teníamos pan para poder servir la comida y no sabíamos que hacer. De repente llegó una organización local y tocó la puerta preguntando si sabíamos algún sitio que necesitara pan, porque ellos tenían de sobra. Pudimos tener pan de sobra, el cual almacenamos y nos alcanzó para tres semanas. Así ha sido la misericordia de Dios con nosotros/as”.
Recientemente el comedor ha estado ayudando el ministerio carcelario de la ciudad. Una de las personas que recibió apoyo estando detenida, inició un negocio de panadería al ser liberado y ahora está preparando a voluntarios para que el comedor pueda producir su propio pan de manera de cubrir sus necesidades y poder ofrecer excedentes a otros refugios y comedores de la ciudad.
Miembros de MARCHA se reunió con el equipo de voluntarios/as que trabaja en el comedor Juan 6:35, para conocer mejor la ardua tarea que desarrolla este ministerio de la Iglesia Metodista de México que provee alimentación y otros servicios de atención a las familias migrantes.
En el comedor se han atendido a todas las personas sin distinción ni requerimiento alguno, recalcó Ruiz. Desde las multitudinarias caravanas provenientes de sur y Centroamérica, refugiados/as de la guerra de Ucrania, de Afganistán y de todas partes del mundo que llegan a esta frontera: “Para quienes han manifestado también necesidades espirituales, hemos provisto atención pastoral y un culto semanal los domingos cuando el servicio de comida está cerrado”.
Rev. Saúl Montiel, uno de los fundadores de la Iglesia Fronteriza en 2011, acompañó al grupo de MARCHA y lideró, junto con el Obispo Manuel Ruelas López y el Pastor Guillermo Navarrete, un servicio de comunión para quienes visitan este icónico punto fronterizo.
En medio de las sombras del muro, la iglesia sigue su misión
La jornada terminó con la participación en uno de los servicios de comunión de la iglesia fronteriza, que funciona junto al muro que separa a México de los EEUU en sector de las playas en Tijuana.
Esta iglesia sin paredes, pero a la sobra del muro fronterizo, fue fundada el 3 de octubre de 2011. En este proceso participaron los reverendos John Fanestil y Saúl Montiel, entre otros/as. Montiel estuvo acompañando al grupo de MARCHA y estuvo compartiendo parte de la historia de esta Iglesia sin muros que ha venido funcionando en favor de la unidad de la familia y el amor, por encima de las barreras fronterizas.
“Al principio teníamos servicios de ambos lados de la frontera y en ocasiones especiales se habría un espacio conocido como el Parque de la Amistad, para poder reunirnos a ambos lados y compartir la comunión. Era profundamente conmovedor ver como las familias separadas por la reja, podían tocarse con la yema de sus dedos y tener contacto físico de esta manera”, recuerda Montiel.
Desde su fundación en 2011, la Iglesia Fronteriza ha mantenido al sacramento de la eucaristía, como centro de sus cultos y de otras actividades que llaman a la unidad de la familia y recuerdan la presencia de Cristo también en estos espacios.
Este parque fue inaugurado en 1971 por la primera dama de la época Pat Nixon, quien dijo al ordenar la apertura de este espacio inter-fronterizo: "Espero que no haya una cerca aquí por mucho tiempo". Sin embargo, el Rev. Montiel recordó que la separación se ha incrementado con una valla de más de 30 pies de alto instalada en 2024 y el cierre progresivo del acceso público al parque del lado de los EE.UU.
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Una de estas escenas conmovió a Guillermo Navarrete, actual pastor de la iglesia, al ver a un padre que había estado arrodillado a un lado de la reja para tener la oportunidad de tocar los dedos de su esposa y sus tres pequeñas hijas, de las que había estado separado desde que fue deportado a México, sin tener oportunidad de volver: “al ver este drama y el llanto de aquella familia, me dije esto no está bien, esto no debería existir y fue así como Dios me llamo a través del pastor Saúl para envolverme de lleno en este ministerio”.
Junto al Obispo Ruelas y el Rev. Montiel, Navarrete instaló una pequeña mesa donde colocó los elementos de la comunión, al pie del hito que proclama la división de la frontera, y consagraron los elementos para después impartirlos en el rito eucarístico como lo hacen cada domingo a las personas asistentes.
El Pastor Guillermo Navarrete, termina cada servicio de comunión con un “acto profético”, según sus propias palabras, en el cual derrama el jugo de uva sobrante en la copa, sobre el hito que marca la frontera que divide a México de los EEUU y lo declara territorio bajo la soberanía de Dios.
Al final y como lo declara cada vez que ministra la comunión, Navarrete en una acción profética derrama el jugo de la uva sobrante sobre el hito divisorio y proclama “la soberanía de Dios sobre este territorio que ha sido regado por las lágrimas de miles de personas que sufren la separación de sus familias, a causa de las barreras fronterizas y divisorias que ha creado la humanidad.
La asamblea de MARCHA se llevará a cabo comienza formalmente del 14 al 17 de noviembre y se estará llevando cabo en la Primera Iglesia Metodista Unida de San Diego, en el estado de California.
* El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Noticias Metodistas Unidas para la audiencia hispano-latina. Puede contactarle al (615)742-5155 o por el correo: gvasquez@umnews.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis a UMCOMtigo