En entrevista concedida a Noticias Metodistas Unidas, el Rev. Dr. Giovanni Arroyo, Líder del Equipo de Programas Ministeriales de la Comisión General sobre Raza y Religión (GCORR por sus siglas en inglés), compartió sus reflexiones en torno a las consecuencias sociales del veredicto, dictado el pasado mes de abril sobre el oficial de policía Derek Chauvin, por el asesinato de Gorge Floyd.
Este, junto a muchos otros casos de brutalidad policial y empleo excesivo de la fuerza que han venido afectado a la comunidad afroamericana y a otras minorías étnico raciales como los/as hispano-latinos/as, son objeto de análisis por parte de Arroyo, quien puntualiza el papel que la iglesia debe cumplir en la promoción de una reforma en las leyes, protocolos y formación de los agentes policiales en el futuro.
La responsabilidad social que La Iglesia Metodista Unida define a través de sus Principios Sociales, es la base que sustenta el trabajo que la denominación viene realizando en favor de la justicia y la equidad racial; pero a su vez representa una voz de conciencia que cuestiona y desafía a superar las fallas, los errores y las omisiones que el metodismo unido ha cometido, al enfrentar el flagelo del racismo y la supremacía que sufre el país y la propia iglesia, según el Arroyo.
Como ciudadano de origen hispano-latino y líder dentro de La Iglesia Metodista unida (IMU), cuál es su visión del veredicto de culpabilidad dictado en el caso Floyd?
Llevábamos semanas esperando ese veredicto; esperando el veredicto de inocencia como había sido tradicional en diferentes momentos de la historia de este país. Pero, el veredicto de culpabilidad sobre los tres cargos contra de Chauvin, en torno a la muerte del Sr. George Floyd, es el comienzo de un cambio en los argumentos judiciales, que tradicionalmente se han usado para justificar la brutalidad policial en muchos otros casos, contra nuestros/as hermanos/as negros/as, que se han producido anteriormente.
Este veredicto comienza a responsabilizar a los/as agentes del orden, por sus acciones que deben estar orientadas a servir y proteger a la comunidad. Soy muy consciente de que este veredicto no cambia el resultado de la muerte del Sr. Floyd, ni previno incidentes posteriores como los que se han producido y seguirán sucediendo en el futuro. Un ejemplo lamentable ha sido el de Ma'Khia Bryant; una joven de 16 años asesinada a tiros por un oficial de policía de Columbus, poco tiempo después del anuncio del veredicto.
Este veredicto debe impulsar el debate sobre ¿cómo debe ser la reforma policial? Estamos lidiando con la realidad de que el racismo sistémico ha protegido el abuso y ha tolerado la brutalidad policial o uso desproporcionado e innecesario de la fuerza sobre personas de color mayormente. Este veredicto comienza a cambiar esta narrativa y proporciona una oportunidad para trabajar hacia una reforma policial justa y necesaria.
A través de diferentes ministerios y trabajos conjuntos La Iglesia Metodista Unida está brindando alimentos, ropa, medicinas, artículos de higiene personal, asesoría legal, acompañamiento pastoral, apoyo logístico y otras ayudas, a la población que se encuentra en el proceso de solicitud de asilo y refugio en Calexico, Tijuana y otros puntos del la zona oeste de la frontera sur de EE.UU.
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La iglesia puede desempeñar un papel fundamental en el proceso de hacer que nuestra autoridad policial trabaje con la gente, para abordar los prejuicios implícitos y explícitos que tienen hacia las comunidades de color, para que podamos vivir colectivamente en una sociedad segura y justa. La iglesia puede ayudar en el proceso de reconstruir la confianza en las fuerzas del orden, al identificar y abordar las prácticas racistas que se están aplicando actualmente.
La iglesia es una herramienta válida de la sociedad, para construir una relación con la policía que puede conducir al establecimiento de responsabilidades mutuas, pero debemos estar dispuestos a decirles sus verdades al sistema.
¿Cuál fue el rol de las iglesias y la sociedad organizada en este proceso?
Es fundamental reconocer que el movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras son Importantes), ha sido una herramienta que ha permitido mostrar y mantener en el interés publico, las injusticias y abusos de la autoridad policial. Este movimiento propició el surgimiento, a nivel mundial, de una serie de acciones que han motivado a las comunidades locales, a impulsar a organizarse y abordar las desigualdades que las comunidades de color están han venido sufriendo en la aplicación desigual e injusta de las leyes.
Sin embargo, este proceso también ha traído, cierta tensión y división dentro del cuerpo de Cristo, y en especial en la comunidad hispano-latina, donde muchos/as no vislumbran con claridad lo que significa ser parte de un movimiento como este siendo latinxs. He escuchado a personas dentro de la comunidad Latinx decir, "esto no se trata de nosotros/as".
Este tipo de afirmaciones y posturas, evidencia que como iglesia, no hemos hecho el trabajo teológico necesario, entre nuestras comunidades sobre la “Imago Dei”(concepto teológico cristiano , judío y musulmán referido a que todos los seres humanos somos creado a imagen de Dios) y la “mishpat”(término hebreo asociado al concepto de justicia). Al mismo tiempo, con este tipo de posturas les estamos diciendo a aquellos/as miembros de la comunidad Latinx, que se identifican como afrolatinos/as, que no los vemos, ni reconocemos su identidad de manera integral.
La comunidad Latinx no está exenta de vivir directamente los efectos del racismo sistémico que se cierne sobre nuestro sistema judicial y en la aplicación de las leyes. Además, debemos preguntarnos: "¿Cuál ha sido el papel de mi iglesia en este proceso de organización social?" Parte de nuestro discipulado es ser agentes activos/as de cambio, y debemos asumir la responsabilidad de las áreas donde nos corresponde promover esos cambios en el contexto de nuestro ministerio. ¿Necesitamos preguntarnos por qué no participamos activamente en una asociación con las organizaciones sociales y comunitarias que buscan el bienestar de nuestra comunidad?
¿Cómo se interpreta lo sucedido desde la Comisión General sobre Religión y Raza?
En este sentido quiero referirme a la declaración de Garlinda Burton, Secretaria General Interina de la Comisión General sobre Religión y Raza (GCORR por sus siglas en inglés) de La Iglesia Metodista Unida, que ha sido publicada en la pagina web de la comisión y de la cual quiero compartir el siguiente extracto:
“Tenemos un problema con el racismo y la supremacía blanca en este país, que por definición es un problema de la iglesia cristiana predominantemente blanca en los Estados Unidos. Somos una nación que se desmorona por las costuras, desgarrada por el racismo, el odio racial y la desconfianza racial; que se apoya en sistemas injustos y de estratificación racial, que defienden a los/as blancos/as como "buenos/as" y a todos/as los/as demás como "malos/as", indeseables e indignos/as. El racismo tiene un control tan mortal y canceroso en nuestras vidas personales, espirituales y cívicas que infecta, debilita y fatiga a nuestra nación, hasta el punto de que nuestros ideales de libertad y justicia para todos/as, no son más que el ruidoso estruendo de “bombos y platillos”.
Es el silencio del cristianismo, la aceptación del cristianismo y los oídos sordos del cristianismo ante la necesidad de tener conversaciones honestas, que confronten el racismo sistémico, lo que esta desgarrada a nuestra nación y en pedazos.
Más que cualquier otra institución en la historia, el cristianismo estadounidense ha dado forma a nuestros sistemas educativos, políticos y de justicia penal. Los valores espirituales y morales sostenidos por muchos/as estadounidenses tienen sus raíces en la doctrina religiosa. Entonces, si el racismo es un problema en esta nación, y seguramente lo ha sido durante siglos, es porque las personas de fe no han enseñado la justicia racial como un valor cristiano”.
¿Cómo ves la actitud y las acciones de La IMU ante la injusticia racial?
La iglesia a través de sus principios sociales, han tenido claro que debemos erradicar la injusticia racial. En nuestros votos bautismales y de membresía, el pueblo metodista unido declara aceptar la libertad y el poder que Dios nos da para resistir el mal, la injusticia y la opresión en cualquier forma que se presente. Esta declaración publica es parte de cómo vivimos nuestra fe en Cristo Jesús.
Estas declaraciones publicas, y ante de Dios, son importantes, pero como dice el dicho: “orando y con el mazo dando”. Este refrán invoca la importancia de trabajar y esforzarse para conseguir lo deseado, al mismo tiempo que invocamos a Dios, para que en su gracia divina, nos ayude. En otras palabras, podemos decir que creemos en resistir la maldad, todo forma de opresión como el racismo, supremacía blanca, etc… Pero, si no estamos activos en la lucha para derrotar los sistemas, prácticas y reglas que continúan oprimiendo y marginalizando a nuestras comunidades integradas por minorías étnico-raciales, no estamos ejerciendo nuestro discipulado.
La iglesia, históricamente, ha tratado de trabajar en erradicar los sistemas opresivos. Pero, tenemos que reconocer que somos una institución conformada, primordialmente, por la comunidad blanca y sus bases ideológicas están sustentadas en la supremacía de esa raza; la cual, hasta cierto punto, está dispuesta ha luchar contra las injusticias raciales. Pero, ha llegado el momento en que, para que la justicia racial pueda ser instaurada en nuestra amada denominación, tenemos que “deconstruir” la institución para reconstruir una iglesia que sea inclusiva, diversa y equitativa.
Eso implica que quienes manejan el control de nuestro sistema, tienen que estar dispuestos/as a dejar el poder que esta actualmente centralizado en las manos del grupo racial dominante, para ponerlo en manos de una comunidad racial y étnicamente diversa. Sin embargo, cuando el grupo racial dominante se percata de que tiene que ceder el control institucional de la iglesia, se crea una reacción de resistencia y se detiene el proceso de justicia racial. Por tanto, todavía tenemos mucho trabajo por adelante por hacer, tanto a nivel interno como en el contexto social que nos rodea.
* El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Noticias Metodistas Unidas para la audiencia hispano-latina. Puede contactarle al (615)742-5155 o por el correo: gvasquez@umnews.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis a UMCOMtigo