Iglesias ayudan en proceso de transición de la prisión a la libertad

Nota del editor: El Rev. Mike Coleman, quien fue entrevistado para esta historia, falleció poco antes de su publicación. Noticias MU ofrece sus condolencias a su familia.


Claves:

• Las iglesias y otros grupos basados en la fe pueden proporcionar recursos para los/as ex encarcelados/as, así como ayudar a reducir el estigma asociado a los antecedentes penales.
• Una condena penal crea barreras para obtener elementos esenciales como vivienda, empleo o asistencia alimentaria.
• Sin refuerzo positivo, muchos/as vuelven a caer en los mismos patrones que los/as llevaron a prisión.


Cuando alguien es liberado de una prisión en Virginia Occidental, Amber Blankenship lo recibe con una bolsa de lona con ropa, artículos de higiene y alimentos, una lista de recursos y, sobre todo, una señal visible de que a alguien le importa: “Tienen una bolsa de basura negra y la ropa con la que los/as arrestaron, que puede que ya no les quede si han estado allí por un tiempo. Los/as llevamos, les preguntamos dónde está su vivienda segura, dónde van a dormir esta noche y les decimos: 'Llámame mañana' para que sepan que no los/as vamos a olvidar”.

Blankenship es coordinadora del programa de reingreso de colegas para la Iniciativa REACH, una organización fundada por el Concilio de Iglesias de Virginia Occidental para proporcionar recursos y defensa a quienes reingresan a la comunidad para que su transición sea más exitosa. Además de las necesidades inmediatas, como las bolsas de lona, miembros del equipo ayudan con los desafíos a largo plazo, como navegar las barreras que crean los antecedentes penales para asegurar la vivienda, el empleo y la asistencia alimentaria.

Blankenship puede relacionarse con quienes están en transición fuera de la prisión porque ella misma lo vivió pues de niña lidió con problemas familiares de alcohol, divorcio y el encarcelamiento de su hermano. Fue arrestada por primera vez a los 11 años y después de la muerte de su madre, terminó en un hogar temporal y comenzó a consumir drogas. Fue a prisión después de robar un coche de policía de un cuartel policial: “No pude detener las autoagresiones, el uso de drogas, la espiral de trauma y dolor. Escuché historias similares del 95% de las mujeres con las que estuve encarcelada”.

Mientras estaba en el Centro Correccional y Cárcel de Lakin en Columbia Occidental, Virginia Occidental, Blankenship asistió a un evento de fin de semana realizado por Kairos, un ministerio ecuménico de prisionesestructurado de manera similar a El Camino del Aposento Alto a Emmaus.

“Le dije a Dios que si sanaba mi corazón roto, iría a donde él quisiera que fuera y desde entonces le he servido todos los días” dijo. Incluso tiene la palabra Kairos tatuada en su bícep.

Beverly Sharp, directora ejecutiva de la Iniciativa REACH, dijo que es útil utilizar a los/as ex encarcelados/as como coordinadores de reingreso: “Reachback significa que has estado encarcelado/a, saliste, lo lograste y regresas para ayudar a que salga el/la siguiente. Las personas que han pasado por esto entienden lo que funciona y lo que no”.

Beverly Sharp is executive director of the REACH Initiative, an organization founded by the West Virginia Council of Churches to provide resources and advocacy for those reentering the community after incarceration. Photo by Mike DuBose, UM News. 

Beverly Sharp es directora ejecutiva de la Iniciativa REACH, una organización fundada por el Concilio de Iglesias de Virginia Occidental para proporcionar recursos y defensa para quienes vuelven a ingresar a la comunidad después del encarcelamiento. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.

Sin embargo, las condiciones de la libertad condicional a menudo prohíben el contacto con otras personas que tengan condenas y sin refuerzo positivo, muchos/as vuelven a caer en los mismos patrones que los/as llevaron a prisión.

Aaron Blankenship esposo de Amber, se encontró nuevamente en un hogar familiar con problemas de abuso de sustancias después de cumplir una sentencia por hurto mayor de auto: “La gente quiere algo mejor para ellos/as mismos/as, pero a veces son guiados/as en la dirección equivocada. Regresé a la cárcel y la próxima vez encontré una comunidad positiva que marcó la diferencia para mantener ese cambio positivo que había hecho en mi vida”.

Dijo que Kairos era una de esas comunidades positivas: “Mis ojos se abrieron a cómo es el amor de Cristo, sin juicio. Me encontré llorando más tarde esa noche para que Dios me salvara”.

Ahora trabaja como coordinador con REACH y como especialista en apoyo de recuperación entre pares para el Colegio Técnico y Comunitario del Sur de Virginia Occidental: “Me encanta poder difundir la esperanza y la curación pues Dios verdaderamente me ha llevado del pozo al palacio”.

Consejos para iglesias

Beverly Sharp, directora ejecutiva de la Iniciativa REACH, ha compilado una larga lista de formas en que las iglesias pueden ayudar a las personas que se recuperan y reingresan.

Ideas sobre cómo involucrar a la comunidad basada en la fe para ayudar a quienes experimentan el reingreso y la recuperación

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El reingreso de todos no ha sido tan exitoso como el de los Blankenship. Simplemente conseguir un trabajo puede ser un desafío y solo en Virginia Occidental, hay más de 100 licencias profesionales emitidas por el estado que no están disponibles para una persona condenada por un delito grave, desde trabajo social hasta bienes raíces y corte de cabello, y otros estados tienen leyes similares. Estas se encuentran entre los cientos de consecuencias colaterales que afectan a las personas con condenas mucho después de que terminen sus sentencias.

Sharp describe las capas de peligros potenciales que deben sortear los/as ex encarcelados/as, donde cualquier paso en falso podría violar su libertad condicional y enviarlos/as de regreso a prisión y cita un escenario hipotético, pero común, en el que una persona anteriormente encarcelada tiene una reunión programada con su oficial de libertad condicional, que vive a una hora de distancia. La persona perdió su licencia porque no podía pagar una multa y no hay transporte público donde vive. Esa cita perdida lleva a la persona nuevamente a prisión, donde los delitos y las multas pueden agravarse.

“Caminas sobre cáscaras de huevo todo el tiempo que estás fuera. Seguimos acumulando castigos y sanciones financieras que las personas no tienen los medios para pagar. He visto a personas encarceladas porque no pueden pagar una multa de $100 cuando cuesta $50 por día mantenerlos allí” dijo Sharp.

Después de una carrera de 30 años en prisiones federales, Sharp dijo que el sistema de penas compuestas es ineficaz por lo que ahora aboga tanto por abordar las causas profundas de lo que lleva a las personas a la cárcel, como la pobreza y el trastorno por abuso de sustancias; como brindarles las herramientas para una transición exitosa a la sociedad una vez que salgan.

Ella dijo que las organizaciones sin fines de lucro y la comunidad religiosa pueden llenar un vacío necesario si no hay programas de reingreso a nivel municipal o estatal. Los/as líderes religiosos/as también pueden ayudar a “cambiar corazones y mentes” dijo, combatiendo el estigma que la comunidad puede atribuir a los/as ex encarcelados/as: “Si no movilizamos a la comunidad basada en la fe, nos estamos perdiendo una gran pieza del rompecabezas para que abordemos todas las necesidades que tiene el estado”.

Sharp ha compilado una larga lista de formas en que las iglesias pueden ayudar a las personas que se recuperan y reingresan. Algunas ideas incluyen recolectar ropa para entrevistas de trabajo, reclutar voluntarios/as para ayudar con la búsqueda de empleo y la redacción de currícula, proporcionar transporte para que miembros de la familia visiten a sus seres queridos encarcelados y abogar por cambios en las políticas a nivel local, del condado o incluso estatal.

El Rev. Jeff Allen director ejecutivo del Concilio de Iglesias de Virginia Occidental y pastor metodista unido, dijo que la iglesia puede ser una fuerte defensora porque “podemos inyectar misericordia en el debate público. Cuidar a quienes están en prisión es un llamado fundamental para la iglesia, allí mismo en Mateo 25, y debería ser una preocupación principal junto con el hambre y el cuidado del extraño”.

Dijo que las iglesias deben familiarizarse con los sistemas de justicia penal en sus comunidades. La defensa de temas como la reforma de la fianza en efectivo, la restauración de los derechos de voto de los/as delincuentes o la provisión de más viviendas de transición son lugares en los que los/as líderes religiosos/as pueden tener influencia. También pueden ser una fuente de apoyo emocional para los/as ex encarcelados/as mientras enfrentan las luchas en su transición.

“Más allá de visitar a los que están en prisión, las iglesias pueden tener la intención de darles la bienvenida a la congregación y a la comunidad en general cuando salgan” dijo.

Women who are incarcerated at the Lakin Correctional Center in West Columbia, W.Va., talk about the role that prison ministries have played in their lives. Photo by Mike DuBose, UM News. 
Las mujeres que están encarceladas en el Centro Correccional Lakin en Columbia Occidental, Virginia Occidental, hablan sobre el papel que los ministerios de prisiones han jugado en sus vidas. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.

Amber Blankenship dijo que con frecuencia habla con la comunidad basada en la fe sobre “cómo hablar con las personas que están quebrantadas, sentarse con ellas y amarlas porque ni siquiera pueden amarse a sí mismas”. Ella regresa regularmente a Lakin para ministrar a las reclusas y también es una defensora de identificar a los/as niños/as en situaciones problemáticas y tratar de ayudar.

“Cuidado de crianza, grupos juveniles, equipos de pelota, escuelas. Tiene que haber gente con los ojos puestos en estos/as niños/as antes de que terminen como yo” dijo.

Tanto Aaron como Amber Blankenship señalan el beneficio de las prisiones que ofrecen capacitación educativa o vocacional a los/as reclusos/as. Aaron citó el adagio de que “las manos ociosas son el patio de recreo del diablo” mientras que Amber dijo que tales programas pueden reducir las tasas de reincidencia.

“Mientras más programas, más posibilidades tiene una persona de encontrar una comunidad y ser rehabilitada. Si no lo hacen, volverán a encontrar una comunidad con una influencia negativa. En última instancia, eso le cuesta más dinero a la sociedad” concluyó.

El Rev. Mike Coleman, pastor metodista unido jubilado, exdirector de prisiones y actual director de la División de Servicios Administrativos del Departamento de Seguridad Nacional de Virginia Occidental, dijo que aunque uno de los objetivos de la rehabilitación correccional es crear mejores ciudadanos/as, “la sociedad obtiene el sistema de justicia penal que quiere. Tienes todo tipo de creencias en todo el espectro político”.

Los Blankenship dijeron que quieren servir como "una luz en el mundo", tanto para aquellos/as que intentan cambiar sus vidas como para la comunidad que los/as recibirá. “Las personas como mi esposa y yo que pasamos por el sistema ahora podemos ser un ejemplo, y tal vez podamos cambiar las opiniones de las personas. Esperemos que más personas puedan ver cómo otras cambian sus vidas y vuelven a ser ciudadanos/as productivos/as” dijo Aaron Blankenship.

 

* Butler es productor/editor multimedia. Lo puede llamar al (615) 742-5470 o escribirle a newsdesk@umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo

** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org

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