Puntos clave:
- La Jurisdicción Oeste ha anunciado las fechas para el juicio eclesiástico de la Obispa Minerva G. Carcaño, suspendida con goce de sueldo desde el año pasado.
- Después de mucho tiempo manteniendo silencio durante el proceso judicial, la obispa habló con Noticias Metodistas Unidas sobre décadas de ministerio que ha liderado.
- También habló sobre su experiencia en medio de su suspensión ministerial dentro de La Iglesia Metodista unida, mientras se desempeña como líder en la directiva de dos juntas prominentes organizaciones fuera de la denominación.
Minerva G. Carcaño, obispa metodista unida desde hace mucho tiempo y quien fuera suspendida de sus deberes en la iglesia durante más de un año, enfrentará un juicio eclesiástico este verano.
El sitio web de la Jurisdicción Oeste anunció que el juicio eclesiástico, para adjudicar las denuncias contra la obispa, está programado entre el 21 y el 25 de agosto aunque aún hay detalles del proceso que están pendientes. Carcaño enfrenta cinco cargos en virtud del párrafo 2702.1 del Libro de Disciplina, que enumera los delitos imputables a la denominación.
Sin embargo, tanto Carcaño como los/as líderes de la jurisdicción se han negado a revelar públicamente la naturaleza de las acusaciones en aras de la confidencialidad de todos los involucrados. Al igual que en el sistema judicial de los Estados Unidos, el proceso judicial metodista unido opera bajo el principio de que las personas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad. El proceso metodista unido también requiere la protección de los derechos de las personas a un proceso justo.
Mientras tanto, varias personalidades y grupos metodistas unidos han expresado reiteradamente su preocupación porque la obispa no está recibiendo un trato justo y han pedido su reincorporación. Otros/as miembros y lideres han pedido paciencia a medida que avanza el proceso judicial de la denominación.
Por su parte, la obispa ha dicho que quiere ser conocida por algo más que sus circunstancias actuales. Después de mucho tiempo de mantener silencio mientras avanzaba el proceso judicial de la denominación, Carcaño habló con Noticias Metodistas Unidas el pasado mes de mayo sobre sus 47 años de ministerio ordenado y el impacto de la iglesia en ella y su familia.
“Me gustaría que la gente supiera que Dios usó a la Iglesia Metodista para salvar a mi familia de la pobreza, del impacto del racismo y su inequidad y como un camino a seguir para que muchos de nosotros tengamos una vida mejor. La iglesia me abrió tantas puertas por las que siempre estaré agradecida. Me dio una vida diferente”, dijo con un nudo en la garganta.
Si bien queda mucho en disputa en el caso de Carcaño, nadie está en desacuerdo en que la obispa ha tenido un impacto tan significativo en La Iglesia Metodista Unida, como la iglesia lo ha tenido en ella.
Carcaño, elegida obispa por la Jurisdicción Oeste en 2004, es la primera obispa latina de la denominación y ha ganado reconocimiento como defensora de las comunidades vulnerables y apasionada seguidora de Jesús. Ha defendido los derechos humanos de los/as inmigrantes tanto dentro de la denominación como en el escenario nacional, incluso testificando ante el Congreso de los Estados Unidos. Ella ha pedido la inclusión total de las personas LGBTQ en la vida de la iglesia y también ha sido miembro de las juntas directivas de varias agencias y ministerios metodistas unidos, incluida la Universidad de África, una institución metodista unida panafricana en Zimbabue.
Como obispa, ha dirigido tres de las conferencias regionales de la denominación en sucesión: Desierto Suroeste, California-Pacifico y, desde 2016, California-Nevada.
“Ella ha sido una voz clave en un momento crítico en la vida de La Iglesia Metodista Unida. La obispa Carcaño entiende la lucha de las comunidades marginadas, y es por eso que ha sido una defensora de la inclusión plena en la iglesia y una voz profética para reclamar los derechos de los inmigrantes y refugiados”, dijo la Revda. Lyssette N. Pérez, pastora metodista unida en Nueva Jersey y presidenta de MARCHA (Metodistas Asociados Representando la Causa Hispano-Latina Americana), el caucus hispano-latino de la denominación que ha instado repetidamente a la iglesia a que reincorpore a Carcaño a sus labores episcopales.
Carcaño, de 69 años, creció como hija de aparceros, inmigrantes y trabajadores agrícolas en Edinburg, estado de Tejas, en el fértil -pero azotado por la pobreza- Valle del Bajo Río Grande a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Su padre había emigrado de México como parte del Programa Bracero de EE. UU., que trajo a millones de hombres mexicanos a EE. UU. para aliviar la escasez de mano de obra agrícola durante la Segunda Guerra Mundial y durante la década de 1950. Entre los recuerdos que más enorgullecen a Carcaño estaba ayudar a su padre a estudiar para su examen de ciudadanía estadounidense. Se convirtió en ciudadano estadounidense cuando ella estaba en tercer grado.
Juicio eclesiástico levanta suspicacias
Múltiples obispos/as metodistas unidos han enfrentado denuncias ante la ley eclesiástica. La suspensión de un/a obispo/a bajo denuncias tampoco tiene precedentes. Sin embargo, Carcaño puede ser la primera obispa en someterse a un juicio eclesiástico en La Iglesia Metodista Unida y de las iglesias metodistas predecesoras. La Comisión General de Archivos e Historia de La IMU no ha encontrado ningún registro de un/a obispo/a llevado/a a juicio. Los casos anteriores que involucran a obispos/as se han resuelto de una forma u otra antes de llegar a ese punto.
El Libro de Disciplina de la denominación llama a un juicio eclesiástico como "un último recurso" e insta a una resolución justa de las denuncias antes de que se llegue tan lejos. La Disciplina define una resolución justa como un acuerdo “que se enfoca en reparar cualquier daño a las personas y comunidades, logrando una responsabilidad real al hacer las cosas bien en la medida de lo posible”.
En resumen, una resolución justa sigue siendo una posibilidad. Sin embargo, Carcaño está lidiando con una situación diferente a la de los/as obispos/as que fueron denunciados en el pasado. La Conferencia General especial de 2019 agregó el requisito de que cualquier persona que presente la denuncia esté involucrada en cualquier acuerdo para resolver el caso sin un juicio eclesiástico. Las partes también deben ponerse de acuerdo sobre lo que se revela sobre el caso.
Tanto la duración de la suspensión de Carcaño como la falta de detalles públicos sobre las denuncias han generado preocupaciones sobre el compromiso de la denominación con un proceso justo. Tanto MARCHA (Metodistas Asociados/as Representando la Causa Hispano-Latina Americana) el caucus hispano-latino de la denominación y los/as líderes étnicos/as en la Conferencia Anual California-Nevada, han pedido la reincorporación inmediata de Carcaño.
Mientras tanto, un grupo de clérigos/as de la Conferencia Anual California-Nevada, dijo que regresar a Carcaño al servicio activo sin una resolución justa o los resultados de un juicio eclesiástico “crearía un conflicto y una profunda división que podrían socavar la misión y el ministerio de la conferencia”.
La Comisión Metodista Unida sobre la Condición y el Papel de la Mujer, que aboga por la plena inclusión de la mujer en la vida de la iglesia, ha solicitado servir como monitor mientras se adjudica el caso de la obispa.
Por otra parte, la junta de la Comisión General sobre Religión y Raza (GCOOR por sus siglas en inglés) de La Iglesia Metodista Unida, agencia que aboga por la equidad racial en la vida de la iglesia, también instó a la Jurisdicción Oeste a levantar la suspensión y hacer pública la naturaleza general de los cargos: “Buscamos un proceso con total transparencia que no utilice la confidencialidad para mantener a la iglesia o a la Obispa Carcaño en una nube de sospecha. Supervisaremos continuamente el proceso antes, durante y después del juicio, para garantizar que sea justo para todos/as” dijo a Noticias MU el Secretario General de esta comisión, Rev. Giovanni Arroyo, quien agregó para hacerlo la agencia necesitará la cooperación de la Jurisdicción Oeste.
El Rev. Thomas Frank, autor de un libro de texto sobre la política metodista unida e hijo del difunto Obispo Eugene Frank, dijo que tiene sentimientos encontrados sobre los llamados a hacer públicos los cargos: “La transparencia parece algo bueno. Pero dentro de una comunidad conectada como la IMU, donde muchas personas se conocen y han trabajado juntas por años muchas veces, hacer públicos los cargos podría equivaler a poner fin a una carrera, independientemente del resultado”, dijo a Noticias MU.
Su madre nació en los EE. UU. de padres que también crecieron en la región fronteriza. Por parte de la familia de su madre, Carcaño es una metodista de tercera generación. Junto con tres generaciones de su familia, asistió a lo que ahora es la Iglesia Metodista Unida El Buen Pastor, una gran congregación hispana en Edinburg.
Su primer recuerdo fue cuando se unió a su padre y a su hermana menor para decorar el árbol de Navidad de la iglesia. Cuando su padre erigió el árbol, les contó a sus hijas cómo Dios envió al niño Jesús porque Dios amaba tanto a la humanidad: “Ambas estábamos un poco molestas de que el niño Jesús hubiera nacido en este establo porque éramos niñas granjeras y sabíamos lo que eso significaba. Sabíamos cómo olía eso”, recordó Carcaño.
Pero luego su padre encendió las luces del árbol de Navidad en el santuario a oscuras, y para ella fue la imagen más hermosa que había visto en su vida: “Recuerdo haber pensado cuando era niña, ‘Dios nos ama'”, dijo.
También recuerda su disposición de ir a la iglesia cada vez que tenía la oportunidad, incluso si solo era para sentarse en silencio mientras las personas adultas asistían a alguna actividad o cuando su papá ayudaba con el mantenimiento del edificio. Durante una de esas visitas, recuerda haber sentido la presencia de Dios abrazándola. “En ese momento, me comprometí a encontrar la manera de vivir siempre en la casa de Dios”, dijo.
La congregación El Buen Pastor ayudó a cumplir ese llamado. La iglesia también hizo posible que ella sirviera a nivel de toda la denominación. Cuando tenía 16 años, lo que entonces era la Junta de Educación (ahora la Junta General de Educación Superior y Ministerio - GBHEM) en Nashville, Tennessee, la invitó a servir como miembro de su directiva. Su familia, con problemas económicos, no tenía cuenta bancaria ni tarjeta de crédito, por lo que la iglesia dio un paso adelante para pagar su viaje a las reuniones de la junta, y la junta luego reembolsó a la iglesia.
Allí estuvo sirviendo hasta que se graduó de la escuela secundaria. Sirvió en la Junta de Misiones (ahora Ministerios Globales) mientras completaba sus estudios universitarios en lo que hoy es la Universidad de Texas-Rio Grande Valley en Edinburg y cursaba su Maestría en Teología en la Escuela de Teología Perkins de la Universidad Metodista del Sur en Dallas.
Mientras se desempeñaba como pastora y en otros nombramientos de la iglesia, continuó sirviendo en varias juntas de agencias. También fue elegida como delegada a la Conferencia General, la principal asamblea legislativa de la denominación.
Eventualmente serviría en las juntas directivas de las agencias Iglesia y Sociedad, Religión y Raza, la Casa de Publicaciones Metodista Unida, la oficina ecuménica Metodista Unida, la Fundación de Educación Superior Metodista Unida y, más recientemente, el Consejo General de Finanzas y Administración. También fue miembro de la Mesa Conexional Metodista Unida.
Sirvió en una serie de otros organismos que reportan a la Conferencia General. Ella estaba en el grupo de trabajo que dirigió la revisión de la sección "Nuestra tarea teológica" del Libro de disciplina para usar un lenguaje más contemporáneo. Formó parte del comité que produjo el himnario metodista unido en español “Mil Voces Para Celebrar” publicado en 1996.
Se desempeñó durante ocho años como vicepresidenta del Comité Permanente sobre Asuntos de las Conferencias Centrales, el cual se ocupa de atender a las iglesias en las regiones de África, Europa y Filipinas. Presidió un comité de estudio que examinó la relación de La Iglesia Metodista Unida con las iglesias metodistas autónomas en América Latina y el Caribe. Anteriormente también se desempeñó como enlace entre el Concilio de Obispos/as y la comisión que planifica la Conferencia General.
Como obispa, todavía figura como presidenta del Grupo de Trabajo de Inmigración de la denominación.
El obispo jubilado Marcus Matthews sirvió con ella en lo que entonces era la Junta de Misiones, ahora Ministerios Globales: “Era muy obvio que ella era una persona joven con un profundo amor por Dios y La IMU. Estaba comprometida con los asuntos de justicia de la iglesia y la comunidad mundial. Era una persona de gran integridad”, dijo a Noticias MU.
Mientras asumía estos diversos roles de liderazgo en toda la denominación, también pastoreó congregaciones en Tejas, Nuevo México y California. En 1986, se convirtió en la primera mujer hispana en ser nombrada superintendente de distrito metodista unida en los Estados Unidos. Los/as obispos/as nombran superintendentes para ayudar a supervisar a los/as pastores/as y las iglesias en un distrito. El distrito de Carcaño abarcaba iglesias en el oeste de Tejas y Nuevo México.
Más tarde fue directora del Programa Mexicano-Estadounidense y profesora adjunta en la Escuela de Teología Perkins. Se desempeñaba como superintendente de distrito en el área metropolitana de Portland, Oregón, cuando fue elegida obispa hace casi 20 años.
Dado su servicio de larga data y múltiples roles de liderazgo, el anuncio de la Jurisdicción Oeste de la suspensión de Carcaño el 9 de marzo del año pasado, sorprendió a varios líderes que habían trabajado con ella en toda la denominación; desde entonces ha estado de licencia con goce de sueldo.
Carcaño fue inicialmente suspendida bajo el Párrafo 413.3(a) de la Disciplina. Esa medida permite que el colegio de obispos/as de una jurisdicción, en consulta con el comité jurisdiccional sobre el episcopado, suspenda a un/a obispo/a “cuando se considere apropiado para proteger el bienestar de quien denuncia, de la Iglesia y/o del/de la obispo/a”. Sin embargo, esa disposición dice que la suspensión “no debe exceder los 60 días”.
Su suspensión ha continuado bajo otra disposición, el Párrafo 2704.1 de la Disciplina, que permite que la suspensión continúe, por recomendación de un comité de investigación, "en espera de la conclusión del proceso judicial". Mientras tanto, la obispa jubilada Sally Dyck se ha desempeñado como líder episcopal interina de la Conferencia Anual de California-Nevada.
Incluso bajo suspensión, Carcaño ha seguido sirviendo como líder de importantes organizaciones sin fines de lucro fuera de la iglesia. Ella es la presidenta de la junta de California Endowment, una fundación de salud privada con más de $3.5 mil millones en activos que trabaja para ampliar el acceso a una atención médica asequible y de calidad para todos/as en el estado. También sigue siendo miembro de la junta de la Fundación de Áreas Industriales, una red religiosa de organizadores/as comunitarios.
Carcaño dijo que alertó a los/as líderes de ambas fundaciones cuando fue suspendida y ofreció renunciar. La dirección de ambas organizaciones se negó a aceptar su renuncia y la mantuvo en sus funciones actuales. El personal de California Endowment incluso le proporcionó espacio de oficina para usarlo cuando le sea necesario.
Ella también continúa involucrada en el trabajo de inmigración fuera de La Iglesia Metodista Unida: “Me piden oraciones; me piden consejería; soy respetada y tratada como miembro de la junta y como alguien que puede brindar consuelo. He sido bienvenida y he encontrado un lugar que lo siento como un ministerio, donde siento el compromiso de la gente con la justicia”.
Los líderes de la Jurisdicción Oeste no ven ningún problema con la continuidad de su liderazgo en estas fundaciones: Los líderes de la Jurisdicción Occidental no ven ningún problema con su liderazgo continuo de estas fundaciones: “Ninguna de estas organizaciones estuvo involucrada en las quejas”, dijeron la obispa de la Conferencia Anual de California-Pacífico Dottie Escobedo-Frank y el Rev. Dan Hurlbert en un correo electrónico conjunto.
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Escobedo-Frank, quien al igual que Carcaño es latina y defensora de los/as inmigrantes, es la presidenta del Colegio de Obispos/as de Jurisdicción Occidental y responsable de convocar el juicio eclesiástico. Por su parte, Hurlbert es presidente del comité de episcopado de la jurisdicción: “Insistir en el cese de esas actividades, que están fuera de los deberes oficiales del obispo Carcaño, podría considerarse punitivo y una suspensión no es punitiva”, dijeron Escobedo-Frank y Hurlbert.
Pero la suspensión significa que a Carcaño no se le permite asistir a las reuniones metodistas unidas ni realizar ningún trabajo relacionado con el ministerio metodista unido. Eso ha sido duro para ella. La primera semana de su suspensión, Carcaño dijo que lloró cuando se dio cuenta de que no podría asistir a una iglesia metodista unida para el culto. Desde entonces, se ha conectado con una iglesia episcopal en el sur de California, a la que puede asistir en línea. “Pero no he tenido comunión en 18 meses”, dijo.
Aún así, ella quiere servir a la Iglesia Metodista Unida. Debido a su edad, enfrenta la jubilación obligatoria el próximo año sin importar cómo se resuelva su caso: “Espero tener la oportunidad de completar mi ministerio activo. Y espero tener la oportunidad de continuar sirviendo a la Iglesia Metodista Unida en mi jubilación”, dijo.
* Hahn es editora adjunta de Noticias MU. Comuníquese con ella al (615) 742-5470 o newsdesk@umcom.org.
** El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Noticias Metodistas Unidas para la audiencia hispano-latina. Puede contactarle al (615)742-5155 o por el correo: gvasquez@umnews.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis a UMCOMtigo