Puntos Clave:
- Haleign Baker y Wendy Noe se cruzaron en la Casa de Rehabilitación para Mujeres “Paloma”: una como adicta y la otra como líder.
- Una de las principales patrocinantes de la Casa Paloma es la Iglesia Metodista Unida San Lucas en Indianápolis.
- Baker dice que se está recuperando después de recibir terapia en la Casa de Recuperación Paloma.
Su camiseta dice "Mi vida está en ruinas", lo que una vez fue verdad.
"Si no te ríes, llorarás" dice Haleign Baker de 22 años, con una sonrisa triste. "Sí, así es como me siento".
Las adicciones, la violencia y la prisión alguna vez dominaron la vida de Baker. En este día, segura y relajada en un sillón de la Casa de Rehabilitación para Mujeres “Paloma”, ella parece la viva imagen de la serenidad.
Pero los recuerdos caóticos nunca están lejos y se remontan a cuando ella era una niña pequeña: “Recuerdo una vez que mi mamá estaba sentada en una silla con ruedas; yo era muy joven y no estoy muy segura de por qué estaba enojada mi abuela. Pero mi abuela simplemente se alejó y la golpeó. Probablemente estaba realmente harta de las cosas de mi madre. Mi mamá tenía cuatro hijos y mi abuela los cuidaba a todos”. Ese era un día normal en la familia de Baker.
“La policía siempre estaba en mi casa, y en mi vecindario, Greenfield, éramos la familia basura blanca” agregó.
La Casa de Recuperación Paloma es una comunidad de aproximadamente 50 mujeres que luchan contra las adicciones, tiene una atmósfera mucho más alegre. Entre sus principales patrocinantes se encuentra la Iglesia Metodista Unida San Lucas.
El día que un periodista nos visitó, se estaba celebrando una fiesta de cumpleaños con cantos, pastel y regalos. Se sintió como una reunión despreocupada de una familia extensa, y en cierto modo lo es.
Wendy
Wendy Noe, en su oficina cerca de la sala donde se lleva a cabo la fiesta, dirige la Casa de Recuperación Paloma con una potente combinación de inteligencia corporativa y empatía por las mujeres que quieren cambiar sus vidas. En lugar de citar los resultados del informe de ganancias trimestrales, alaba a las mujeres a las que llama sus “palomas”. Pero ella es tan dura como cualquier ejecutivo exigente.
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“Espero lo mejor porque nuestras palomas lo merecen” dijo Noe, quien hace unos años reemplazó a tres cuartas partes del personal porque no estaba satisfecha con sus esfuerzos.
“Somos un programa gratuito; y pueden quedarse con nosotros hasta dos años y les brindamos terapia individual y terapia grupal. Brindamos clases de habilidades gerenciales para la vida, como educación financiera, preparación laboral, relaciones saludables, programación basada en la fe, cualquier cosa que podamos ofrecerles para que estén saludables y estables para salir de casa con una tasa de éxito del 70%” señaló.
Noe se graduó en Comunicaciones en la Universidad Marion, una pequeña institución católica, y tenía la expectativa de dedicarse a las relaciones públicas. “Tuve que hacer una pasantía en mi último año y comencé a hacer prácticas en un refugio local para víctimas de violencia doméstica. Allí fue donde me enamoré de las organizaciones sin fines de lucro y de los temas de mujeres. Fui criada por una mujer soltera, una madre soltera y su hermana gemela, así que siempre me sentí obligada a ayudar a otras mujeres” dijo.
Cuando llegó, la Casa de Recuperación Paloma tenía un presupuesto anual de 250.000 dólares, seis miembros del personal y albergaba a 23 mujeres. Nueve años después, una plantilla de 36 empleados/as supervisa el cuidado de 55 mujeres, con un presupuesto anual de 3 millones de dólares.
La metodista unida Lori Chambers a la izquierda, se reúne con Haleign Baker, residente de la Casa de Rehabilitación para Mujeres “Paloma” en Indianápolis. Entre las principales patrocinantes de la casa se encuentra la Iglesia Metodista Unida San Lucas, donde Chambers es una líder laica. Foto de Joey Butler, Noticias MU.
Haleign
Baker asistió brevemente a la Universidad Indiana Purdue de Indianapolis (antes de que la escuela se dividiera en dos entidades separadas) y su sueño era convertirse en enfermera.
“La escuela siempre fue mi sueño porque siempre fui una niña muy inteligente. Tuve algunos problemas con muchos/as de mis profesores/as porque siempre estaba hablando” dijo Baker. "Me decían: 'Habla demasiado, pero es un placer tenerla en clase'".
Luego empezó a beber alcohol y a meterse en peleas, pero a pesar de eso y con la ayuda de su abuela, ingresó a la universidad.
“Comencé la escuela en el otoño de 2019 y quedé embarazada de mi hija en noviembre de 2019” dijo.
Dejó la escuela y volvió a vivir con su abuela, con quien dice que “no tiene la mejor relación”.
“Así que supongo que una noche estaba bebiendo y supongo que la saqué del sofá jalándola por el cabello, pero no lo recuerdo” dijo Baker. La policía llegó, la arrestó y el Departamento de Servicios Infantiles de Indiana tomó la custodia de su hija.
“Me llevaron a la cárcel” dijo, y fui acusada de violencia doméstica en presencia de una niña.
Salió en libertad preventiva, pero no pudo volver a vivir con su abuela.
“No tenía hogar… y simplemente lo perdí. Empecé a beber y a hacer más cosas, y fue entonces cuando terminé tomando pastillas. Estaba viviendo con personas con quienes no debería estar viviendo, y cada vez que estaba muy cerca de recuperar a mi hija, algo pasaba y tenía que mudarme”.
Estuvo dos períodos en la cárcel y el padre de su hija obtuvo la custodia.
Cuando Baker estaba a punto de salir de prisión, su oficial de libertad condicional le preguntó si le gustaría vivir en la Casa de Recuperación Paloma, a lo que ella accedió.
“A las mujeres con las que hablé y que habían estado aquí anteriormente les encantó porque tienen muchos programas” dijo.
"Tengo una niña de 3 años y realmente quería estar en algún lugar donde ella pudiera venir y estar aquí conmigo. Ella viene todos los fines de semana” añadió.
Wendy
Para Baker y mujeres como ella que encuentran el camino a la Casa de Recuperación Paloma, estas instalaciones son el único lugar factible donde obtener ayuda para dejar sus adicciones.
“La razón principal por la que las personas no reciben tratamiento por uso de sustancias es el costo, por lo que es un beneficio para ellas que se les presente la Casa de Recuperación Paloma para obtener esos servicios” dijo Noe.
“Muchas de las mujeres aquí vienen sin nada más que la ropa que llevan puesta y son extremadamente desconfiadas” dijo.
Los/as consejeros/as intentan contrarrestar la idea de que la Casa de Recuperación Paloma es un lugar donde recién están cumpliendo su condena. “Lo que hacemos aquí es muy diferente; las amamos hasta que puedan amarse a sí mismas. Ese es nuestro lema aquí” dijo Noe.
Un punto clave es lograr que las palomas dejen de considerar sus adicciones como “una falla moral, una elección personal. La evidencia muestra que la adicción afecta el cerebro, su composición química" agregó Noe, y según ella, la edad promedio a la que las residentes de la Casa de Recuperación Paloma comienzan su adicción es 13 años.
“Ahora, si tienes hijos/as, sabes que la mayoría de los/as niños/as no se dan cuenta y deciden que van a ser adictos/as a la heroína o a la metanfetamina” dijo.
“Hay algo que viene antes de eso y es el trauma. … La adicción las lleva a la Casa de Recuperación Paloma, pero el trauma los lleva a la adicción”.
Casi todas las residentes de la Casa de Recuperación Paloma sufren traumas y el 90% de ellas han experimentado abuso sexual, comentó Noe.
“Si no se identifica ese trauma y no se resuelve, entonces veremos un comportamiento repetitivo. La ciencia demuestra que a la edad que empiezas a consumir drogas o alcohol, tu cerebro deja de madurar, por eso tenemos una casa llena de niñas de 13 o 14 años, y normalmente se necesitan unos seis meses de tratamiento ‘para que las luces se apaguen’” dijo Noe, y afirmó que "La falta de tiempo es nuestro mayor enemigo, así es que si no podemos comunicarnos con ellas y ayudarlas aquí, las perderemos allá afuera”. Si fracasan, las antiguos residentes pueden volver para intentarlo de nuevo.
"Nuestras puertas están abiertas después de que una cliente abandona nuestro programa. Aquí es donde nuestra familia siempre será su familia. Una vez paloma, siempre paloma. Siempre son bienvenidas a regresar, incluso si han recaído” concluyó.
Haleign
Baker cree que el programa le ha funcionado: “Nunca iba a parar y nunca habría venido aquí sola. Sólo por ignorancia y terquedad”.
Su sueño de ir a la universidad vuelve a estar en su lista de tareas pendientes.
“Simplemente dejé antes la universidad porque nadie me querrá ni pensará que soy lo suficientemente buena. Estoy muy agradecida por haber venido a la Casa de Recuperación Paloma, aunque estoy triste por haber perdido tanto tiempo” concluyó Baker.
* Patterson es reportero de noticias para Noticias MU en Nashville, Tennessee. Lo puede llamar al (615) 742-5470 o escribirle a newsdesk@umnews.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org