Puntos Clave:
- El ministerio carcelario de La Iglesia Metodista Unida en Zimbabue logra que 350 reclusos sean bautizados en una prisión de máxima seguridad.
- La iglesia también llevó suministros para los prisioneros, incluyendo jabón, loción, calzado, libros y alimentos valorados en $5.000.
- Maplan Kakoto, superintendente de la prisión de máxima seguridad de Chikurubi, dijo que el trabajo de la iglesia ayuda con la rehabilitación de los reclusos y su reinserción en la sociedad.
Nota del editor: Por motivos de seguridad, solo se han utilizado los nombres de pila de las personas encarceladas.
En un esfuerzo por compartir el amor de Dios con los necesitados, La Iglesia Metodista Unida (IMU) trajo a Cristo a cientos de prisioneros de la Prisión de Máxima Seguridad de Chikurubi, la cual es conocida por encarcelar a hombres que han cometido delitos violentos como asesinato, robo de vehículos, trata de personas, delitos sexuales, traición y robo.
El Comité de Iglesia y Sociedad del Distrito Este de Harare de La IMU dirigió el ministerio de compañerismo penitenciario, y el Rev. Timiyo Chuma, capellán de la prisión provincial, dijo que está agradecido por el alcance de la iglesia: “La transformación de los reclusos es un proceso y la culminación del trabajo de muchas partes interesadas e intervenciones. Sin embargo, el esfuerzo de La IMU fue asombroso, pues fue físico, material y espiritual”.
El Rev. Oscar Nyasha Mukahanana superintendente del distrito este de Harare dijo que después de predicar, adorar y recibir suministros de la iglesia, 200 reclusos ofrecieron sus almas a Cristo. “Dos semanas después, la iglesia fue invitada a presenciar sus frutos cuando 350 reclusos fueron bautizados durante el evento que fue muy emotivo y emocionante. Le prediqué a los reclusos sobre Mateo 25: 35-37 que define por qué estábamos en la prisión como iglesia. El propósito era evangelizarlos y animarlos a aceptar a Jesucristo como su Salvador, sin importar la gravedad o atrocidad de sus crímenes, ubicación geográfica y edad” dijo y agregó que el mandato de la iglesia es expresar el amor de Dios visitando y compartiendo con los que están en prisión.
“Fue a través de la gracia de Dios que en mis 25 años en el ministerio, experimenté tal respuesta de 200 personas, reclusos, ofreciendo sus almas a Cristo. Qué gran resultado” dijo.
El Rev. David Mupaya, presidente de ministerios conexionales del Distrito Este de Harare, dijo que la evangelización consiste en aprovechar cada oportunidad para difundir la Palabra: “Junto con los reclusos, bailamos y tocamos los tambores mientras alabamos y adoramos a Dios; obtuvimos resultados instantáneos”.
Charity Nhira, presidenta de la Iglesia y Sociedad del Distrito Este de Harare, dijo que después del servicio se distribuyeron obsequios a los prisioneros. La iglesia trajo papel higiénico, pasta y cepillos de dientes, jabón, loción, calzado, libros, baldes y alimentos valorados en $5.000. "Hubo vítores entusiastas cuando los reclusos apreciaron nuestra intervención pues cuando están encarcelados, la sociedad los rechaza, los familiares desisten de visitarlos y la incertidumbre sobre el futuro envuelve a muchos. Se desarrollan estrés y depresión, y la iglesia se convierte en la familia” dijo.
El Dr. Andrew Chigudu, líder laico del Distrito Este de Harare, dijo que las donaciones muestran el amor de Jesús: “Quienes han perjudicado a la sociedad y han sido rehabilitados necesitaban otra oportunidad de recibir a Jesucristo como su Salvador. La iglesia vino para dar cabida a todas las personas, porque todos los pecadores sólo fueron salvos por la sangre de Jesucristo, y el gesto de La IMU fue una muestra de amor”.
Cómo ayudar
Maplan Kakoto, superintendente de la prisión de máxima seguridad de Chikurubi, dijo que agradecen las donaciones: “Como gobierno nos enfrentamos a una serie de desafíos, incluida la falta de acceso a necesidades básicas como agua y utensilios para los reclusos. Sin el apoyo de las partes interesadas, la vida será muy difícil para los reclusos, por eso valoramos las contribuciones de La IMU. Al querer ser bautizados, indican que quieren ser identificados por Jesucristo… y transformados para mejor”.
Kakoto dijo que el trabajo de la iglesia ayuda a la rehabilitación de los reclusos y su reinserción a la sociedad: "Recuerden que después de cumplir la sentencia se unirán a la sociedad a la que necesitan integrarse bien".
Gibson Munangwa, director penitenciario de la prisión de máxima seguridad de Chikurubi, estuvo de acuerdo: “Actividades como el bautismo de los reclusos les ayuda a temer a Dios ya que están preparados para ser ciudadanos respetuosos de la ley. Estamos muy agradecidos con los socios que financian programas, especialmente en términos de las necesidades de rehabilitación de los reclusos. Su apoyo como IMU ha sido muy generoso y apreciado”.
Paz de 22 años, quien cumple una condena de 8 años de cárcel, agradeció los bautismos y dijo que quiere ser una persona justa ante Dios: “Si salgo, iré a la iglesia y desistiré del mal”.
Martín de 50 años, quien cumple 20 años de prisión, dijo que ha nacido de nuevo: “Quiero ser pastor cuando salga a la sociedad”.
Phillip de 44 años, cumple cadena perpetua: “Cuando estaba en la sociedad hice cosas malas. Por lo tanto, las enseñanzas y sermones que recibimos me llevaron a aceptar el sacramento del bautismo. Esto me convierte en una nueva creación”. Sin embargo, dijo que la prisión no tiene suficientes Biblias y otros materiales de lectura y agregó: “Estaríamos muy agradecidos si pudiéramos tener materiales de lectura porque necesitamos saber más acerca de Cristo”.
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Tenson de 47 años, sentenciado a 80 años de prisión, dijo que se ha transformado en la cárcel: “No creía en Jesucristo y ahora soy creyente. También quiero ayudar a otros a conocer a Jesucristo”.
Parton Majoko, capellán de la prisión de máxima seguridad de Chikurubi, dijo que quedó impresionado por la cantidad de bautismos: “Esto refleja la identificación personal con el acto más grande de la historia humana: la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Te conviertes en una nueva creación”.
Edington de 24 años, quien cumple una condena de 10 años, dijo que su familia no lo visita: “Cometí un crimen atroz dentro de la familia y ningún familiar está dispuesto a asociarse conmigo” y agregó que la participación de la iglesia es una oración contestada.
Ranch de 40 años, quien cumple una condena de 13 años, dijo que no tiene visitas por lo que está contento con la intervención de la iglesia: “La llegada de La IMU es como un mensajero de Dios, que sigue la Palabra con acción”.
* Chingwe es comunicador de la Conferencia Este de Zimbabue. Contacto don los medios de comunicación: Julie Dwyer, editora de noticias. Le puede escribir a newsdesk@umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org