Un miércoles de un año cualquiera, en febrero o marzo siempre se observa, ya sea en el trabajo, en la escuela o en otros sitios, a una persona con una mancha en la frente. Pareciera como si esa persona no se lavó esta parte de la cara. Luego se ve a otra persona que parece que no se miró al espejo. Entonces, te das cuenta de que es Miércoles de Ceniza y que estas personas han recibido la imposición de la ceniza.
Esta práctica que utilizamos para conmemorar el primer día de la Cuaresma cuando la gente va a la iglesia a media semana para recibir un poco de polvo en sus frentes nos puede parecer extraña.
En los primeros días de la iglesia, la imposición de cenizas era más dramática. Los pastores no sumergían sus pulgares en las cenizas para dibujar una cruz en la frente, sino que las esparcían sobre la cabeza.
Bajo otras circunstancias, la mayoría huiría de las cenizas. Evitamos limpiar la chimenea por miedo a ensuciarnos, sin embargo, participamos en esta práctica que se está volviendo muy popular. De hecho, el recibimiento de cenizas parece conectarnos con todo tipo de gente.
Este Miércoles de Ceniza varios pastores metodistas unidos llevarán sus copas de cenizas a la calle para cumplir con la gente allí donde se encuentran.
En la foto a la derecha, la Revda. Kim Kinsey aplica cenizas a una joven en la acera exterior de la Iglesia Metodista Unida Cristo en Albuquerque, Nuevo México. (Foto cortesía de la Rvda. Kim Kinsey).
En Clearwater, Florida, la mañana del 18 de febrero, la Rda. Emily Oliver de la Iglesia Metodista Unida Skycrest estará aplicando cenizas a la frente de los que conducen en el estacionamiento de la iglesia.
El Rdo. Peter McNabb de la Iglesia Metodista Unida Wheatland estará ofreciendo cenizas afuera de la estación del tren y de autobús Dallas Area Rapid Transit. McNabb ve esto como una manera de vivir en "nuestra tradición Wesleyana: de llevar literalmente las cenizas a las calles."
¿Por qué las cenizas?
En "Un servicio para el Culto de Miércoles de Ceniza" en el Libro Metodista Unida de Adoración, hay dos sugerencias para que los líderes puedan usar en el momento que hacen la señal de la cruz sobre la frente de otra persona: "Recuerda que eres polvo y al polvo volverás" y “Conviértete y cree en el evangelio”. Cada sugerencia apunta a un aspecto de lo que las cenizas representan.
Recuerda que eres polvo...
Las cenizas eran un antiguo símbolo de nuestra humanidad. En Génesis leemos que Dios formó al hombre del polvo de la tierra (Génesis 2: 7). La palabra hebrea traducida como ‘polvo’, en ocasiones se traduce como ‘cenizas’.
Cuando Abraham sintió la necesidad de reconocer la diferencia entre él, un ser humano, y el Dios infinito, se refirió a sí mismo como el polvo y la ceniza. " —Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza." (Génesis 18:27).
... Y al polvo volverás
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Nuestra humanidad evoca, además, nuestra mortalidad.
Después de la expulsión del Jardín del Edén, Dios les dijo a los primeros seres humanos, "eres polvo y al polvo volverás" (Génesis 3:19 NVI). Sabemos que el día se acerca para cada uno de nosotros cuando volvamos a ser polvo
Recibir la ceniza es una manera de confrontar a nuestra humanidad y mortalidad. Nos recuerda que no somos Dios, pero una buena creación de Dios. Con ello reconocemos que nuestros cuerpos no van a durar para siempre y que eventualmente nos encontraremos cara a cara con la realidad de nuestra muerte.
Arrepiéntanse...
Las cenizas también significan nuestro dolor por los errores que hemos cometido. La gente en la antigüedad usaba tela de saco y ceniza como una forma de expresar el arrepentimiento de sus pecados.
Cuando Jonás predicó a regañadientes a la gente de Nínive después de que el pez gigante lo arrojó en la playa, el Rey y su pueblo se vistieron de tela de saco y se sentaron sobre cenizas. Dios vio este acto de arrepentimiento y perdonó al pueblo (Jonás 3: 1-10).
En el Nuevo Testamento Jesús menciona esta práctica y advierte a las ciudades de Corazín y Betsaida diciendo: "¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho entre ustedes, ya hace tiempo que se habrían vuelto a Dios, cubiertos de ropas ásperas y ceniza." (Mateo 11: 21).
Las palmas que se meneaban el Domingo de Ramos para dar la bienvenida a Jesús como nuestro Rey, se han quemado para formar las cenizas. En cierto sentido, sirven como un recordatorio de lo lejos que nos encontramos de vivir a la altura de la gloria de Cristo. Foto archivo, Noticias MU.
Cuando participamos en el servicio de cenizas, nos enfrentamos a nuestro pecado. Reconocemos nuestra incapacidad para vivir de acuerdo con lo que Dios nos ha creado para ser y nuestra necesidad de ser perdonados. No importa cuántas veces vamos a la iglesia, cuán lejos hayamos recorrido en nuestro camino espiritual, cuanto éxito tengamos, todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios, (Romanos 3:23).
En el primer día de la Cuaresma, nos presentamos ante Dios reconociendo nuestra humanidad y nos arrepentimos de nuestros pecados.
... Y creed en el Evangelio
Si bien esto puede sonar fatalista, no es el fin de la historia. La Cuaresma precede a la Pascua, el día en que celebramos la gloria de del Señor; que aunque nuestros cuerpos son temporales y nuestras vidas imperfectas, un día de resurrección vendrá cuando viviremos en la presencia de Dios para siempre.
Un miércoles de cada año vamos a la iglesia a recordar lo que somos, esperanzados en lo que podemos llegar a ser.
Busque en Find-A-Church para encontrar una Iglesia Metodista Unida que celebre el Miércoles de Ceniza.
* Joe Iovino trabaja para UMC.org en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctelo en jiovino@umcom.org o 615-312-3733. Publicado originalmente el 16 de febrero de 2915.
* Amanda M. Bachus es escritora independiente para United Methodist Communications. Puede escribirle a IMU_Hispana-Latina @umcom.org.