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Miembros de un equipo de voluntarios/as de la Conferencia Anual del Norte de Georgia limpian una casa que fue inundada por el Huracán Ian en Fort Myers, Florida.

En las primeras semanas posteriores al paso del Huracán Ian por el suroeste de Florida, pastores/as y voluntarios/as de La Iglesia Metodista Unida se pusieron en acción para evaluar las necesidades y brindar consuelo a los/as sobrevivientes.

El 28 de septiembre Ian trajo vientos de 150 mph a Florida y hasta ahora se cuentan más de 110 muertes relacionadas con la tormenta solo en Florida, así como muertes en Cuba, Carolina del Norte y Virginia. La tormenta también dejó sin electricidad a 2,6 millones de hogares y negocios, con una recuperación a largo plazo estimada en decenas de miles de millones de dólares. Ian es la tormenta más mortífera que ha azotado Florida en casi 90 años.

El Obispo Kenneth H. Carter Jr. de la Conferencia Anual de Florida, pasó varios días después de la tormenta visitando a los/as pastores/as en las áreas más afectadas y dijo: “Estábamos allí solo para escuchar y orar, para tratar de ser un signo visible de la conexión, lo que nos ayuda a ver cómo está la gente. Quienes conocimos estaban muy agotados/as, al igual que nosotros/as”.

El Obispo Kenneth H. Carter Jr. a la izquierda, y otros/as líderes de La Iglesia Metodista Unida oran por la Revda. Debbie Daley-Salinger, de camisa morada, en la Iglesia Metodista Unida Wesley Memorial en Fort Myers, Florida, después del paso del Huracán Ian. De izquierda a derecha: el Obispo Carter, Debbie Daley-Salinger, la Revda. Debbie Allen, Lara Martin y los reverendos. Pam Carter y Alex Shanks.
Lara Martin del Comité Metodista Unido de Auxilio a la derecha y la Revda. Samantha Aupperlee se unen en oración por los/as sobrevivientes del Huracán Ian en la Iglesia Metodista Unida Fe en Fort Myers, Florida.

La Revda. Debbie Allen, superintendente del Distrito Sur Oeste, que incluye a Fort Myers, dijo que de las 75 iglesias y misiones del distrito, al menos dos tercios sufrieron algún tipo de daño: "Creo que la comunidad aquí se vio más afectada de muchas maneras, pero las iglesias parecen haber sido más afortunadas en términos de daños, por lo que ya están tratando de involucrarse y trabajar con sus comunidades para ofrecer ayuda y esperanza, que es lo que hacemos los/as metodistas unidos/as: tomamos nuestra fe y la ponemos en acción”.

Los/as pastores/as han estado controlando y consolando a los/as miembros de su congregación, incluso cuando algunos/as de ellos/as lidian con sus propias pérdidas ocasionadas por la tormenta.

La Revda. Samantha Aupperlee, pastora de la Iglesia Metodista Unida (IMU) Beach en Fort Myers Beach, dijo que si bien aún no ha recibido autorización para regresar al área después de la evacuación, ha tenido noticias de aproximadamente el 90% de sus miembros; y quienes han perdido sus hogares le dicen que no planean regresar.

Todavía no está segura sobre el estado de su iglesia o su casa parroquial. Las fotos aéreas muestran que ambas edificaciones están de pie, pero ella no sabrá de ningún posible daño hasta que pueda regresar. Por ahora, está enfocada en tranquilizar a su comunidad. NOTA: Después de que habló con Noticias MU, Aupperlee pudo regresar a casa que desafortunadamente sufrió daños significativos.

“Le he estado diciendo a mi congregación que… somos personas de Pascua que creen en la resurrección, que la muerte, la destrucción y la desesperación no son el final. Les recuerdo que no están solos/as y que estoy caminando junto a ellos/as, al igual que lo hace la Conferencia Anual de Florida, e iglesias de todo el mundo están caminando con nosotros/as” dijo Aupperlee.

Jennifer Smart observa mientras Tim Ayres al centro y Erik Zeterberg, voluntarios metodistas unidos, desmantelan su cocina después de que su casa en Fort Myers, Florida se inundara por el Huracán Ian.
Los voluntarios Mark Brown a la izquierda, al frente y Gordan Barber de la Conferencia Anual del Norte de Georgia limpian una casa que fue inundada por el Huracán Ian en Fort Myers, Florida.
El voluntario metodista unido Gordan Barber vierte agua pluvial en el fregadero de un cajón de la cocina inundado, de una casa dañada por el Huracán Ian en Fort Myers, Florida. A la derecha está el voluntario Tim Ayres.

La Revda. Kaylee Vida, pastora de la IMU de Pine Island en Bokeelia, también estaba esperando regresar a la isla para ver cómo estaban sus feligreses/as, y dijo que muchos de sus miembros son "pájaros de la nieve" que no estaban en el área cuando azotó la tormenta. Envio mensajes de texto a quienes todavía estaban allí.

Mencionó un grupo de viudas de 80 años a quienes llama "Las Cinco Fabulosas", que se quedaron en la isla, cuyo única vía de acceso fue destruida por la tormenta y actualmente solo se puede acceder en barco. Se reúnen todas las mañanas, preparan café en la parrilla y tienen momentos de oración y devocional.

“Se están cuidando unas a otras y sus vecinos las visita todos los días. Sé que oran fielmente por mí y por nuestra congregación. Son verdaderamente las matriarcas de nuestra iglesia” dijo.

Vida dijo que hay al menos cuatro miembros de la iglesia que han perdido sus hogares y uno/a tuvo daños severos por el agua. La mayoría de las personas con las que está conectada no tienen necesidades urgentes, pero estaban felices de que estuvieran pendientes de ellas. La recuperación de la tormenta requiere un conjunto de habilidades diferente al que Vida esperaba usar en su ministerio: “Nadie te enseña en el seminario cómo pastorear a la gente después del pase de un huracán”.

Los voluntarios metodistas unidos Mark Brown a la derecha y Gordan Barber retiran un lavavajillas de una casa que fue inundada por el Huracán Ian en Fort Myers, Florida.
Los reverendos Alex Shanks a la izquierda y Juan Ramos hablan sobre los esfuerzos de recuperación después del Huracán Ian mientras están parados entre cajas de suministros de ayuda recibidos en la IMU de Tice en Fort Myers, Florida.
Un trabajador de la ciudad amontona escombros tras el paso del Huracán Ian por Fort Myers, Florida.

La Revda. Arlene Jackson pastora del campus central de la IMU Gracia de Fort Myers, dijo que celebraron el culto en el santuario el domingo después del golpe de Ian, incluso con electricidad limitada y sin agua corriente; tuvieron casa llena, cantaron himnos a cappella y celebraron la Sagrada Comunión juntos/as. Miembros de la comunidad de recuperación en 12 pasos, con quienes la iglesia tiene una fuerte asociación, trajeron parrillas para alimentar tanto a la iglesia como a los/as trabajadores/as de servicios públicos que intentan restaurar la energía. Un DJ local incluso trajo un sistema de sonido para reproducir música.

La casa de Jackson se hundió tres pies y ella dijo que básicamente perdió todas sus posesiones mundanas “pero nos tenemos el uno al otro, tenemos a Dios y nuestra fe”.

Cuando se le preguntó cómo hace malabarismos para ministrar a sus feligreses mientras lidia con su propia pérdida, Jackson se rió a carcajadas: “No estoy haciendo malabares con esto en lo absoluto. ¿Estás loco? ¡Todos los platos están en el suelo! Todos nos estamos ayudando mutuamente a superarlo”.

Los barcos arrojados por el Huracán Ian yacen amontonados en la Marina Legacy Harbor en Fort Myers, Florida.
Lara Martin del Comité Metodista Unido de Auxilio a la izquierda visita a la Revda. Debbie Allen fuera de la IMU Fe en Fort Myers, Florida, después del pase del Huracán Ian.
Miembros de un equipo de voluntarios de la Conferencia Anual del Norte de Georgia limpian los escombros dejados por la tormenta, y los artículos de cocina dañados de una casa que fue inundada por el Huracán Ian en Fort Myers, Florida.

Para Lara Martin, directora de Respuesta a Desastres de Estados Unidos para el Comité Metodista Unido de Auxilio (UMCOR por sus siglas en inglés) esta tormenta golpeó su hogar, literalmente pues como nativa de Florida dijo que en lugar de números, ve "las caras de primos/as, tías, tíos, mi propio pastor y los lugares donde crecí, probablemente cambiados para siempre".

Martin dijo que UMCOR se ha asociado con la Conferencia Anual de Florida durante años en los planes que ahora están en acción: “Si bien la situación es caótica y las emociones son muy fuertes incluso para mí, sabemos cuáles serán los próximos pasos y que esta conferencia tiene la capacidad de cambiarlo todo”.

Se insta al clero a tener en cuenta el autocuidado mientras también cuidan a muchos/as otros/as.

Carter dijo que durante la pandemia por el COVID-19, la conferencia puso a disposición de los/as pastores/as el acceso a la consejería; y también creó recursos de adoración para darles a los/as pastores/as un descanso o un sábado libre una vez al trimestre. Durante la pandemia, hubo subvenciones de $1.000 disponibles para el bienestar físico y emocional, desde vacaciones hasta la compra de equipos para hacer ejercicio, y Carter dijo que las subvenciones también podrían ofrecerse después del huracán y agregó: “La gente ha pasado por algo y sus cuerpos lo absorben. Las subvenciones son una forma tangible de decir que estamos con ustedes”.

El voluntario metodista unido Mike Derrick retira artículos destruidos por el Huracán Ian en una casa en Fort Myers, Florida.
El voluntario metodista unido David McFarlin al centro agrega a una pila de desechos artículos domésticos destruidos por el Huracán Ian en Fort Myers, Florida.

Vida dijo que en toda esta turbulencia es difícil descansar lo suficiente, comer adecuadamente o encontrar tiempo para hacer ejercicio: “A veces, incluso en este momento, cuando siento que estoy en crisis tras crisis, simplemente tengo que… saber que hay algunas cosas que puedo dejar ahora y volver a ellas mañana”.

El Rev. Marcus Zillman, pastor principal de la IMU de Cypress Lake en Fort Myers, está preocupado por las necesidades psicológicas a largo plazo de su comunidad. Debido a que se predijo que Ian tocaría tierra más al norte, muchos en el área de Fort Myers no evacuaron, incluidas familias con niños/as pequeños/as que ahora pueden estar lidiando con el trauma de atravesar una tormenta mortal.

“Durante los próximos meses, la gente necesitará llorar y contar sus historias” dijo.

Su iglesia no sufrió muchos daños, por lo que sirve como punto de recolección de suministros como agua y lonas, y pronto estará lista para albergar equipos de trabajo.

“Todos quieren subirse al auto y venir a ayudar, pero aún no tenemos agua buena y no estamos listos para recibir equipos” agregó.

Aunque todavía es temprano para una movilización generalizada de equipos de trabajo, un equipo de la Conferencia Anual del Norte de Georgia llegó a Fort Myers unos días después del ataque de Ian. Mark Brown, líder del equipo de respuesta a desastres de la IMU de Northside en Atlanta, dijo que tenía programado entregar un camión lleno de suministros a la oficina de la Conferencia Anual de Florida en Lakeland cuando recibió una llamada del coordinador de ayuda de desastres de la conferencia, pidiéndole que en su lugar reuniera un equipo para ir a Fort Myers lo antes posible; en 15 horas tenía 11 voluntarios.

“Jesús nos dijo que se suponía que debíamos hacer esto y puede parecer que estamos sirviendo a mucha gente, pero también obtenemos mucho servicio. Nos vamos a casa llenos/as del espíritu de Dios, del compañerismo y el amor que hemos recibido de los/as dueños de casa” dijo.

Sandy Smart quien es propietario de una casa estuvo entre quienes se sintieron aliviados/as de ver al equipo del Norte de Georgia, que limpió su casa después de que se inundara seis pies: “Es una bendición tenerlos acá pues han hecho un trabajo increíble”.

Smart dijo que no tiene idea de cuánto tiempo pasará antes de que su casa esté en buenas condiciones para vivir y al igual que muchos/as afectados/as por la tormenta, considera que será un proceso largo y lento. Zillman, el pastor de Cypress Lake, estuvo de acuerdo: “Tendemos necesidades durante los próximos seis, ocho, doce meses y espero que no se olviden de nosotros/as una vez que ya no estemos en la primera página, porque será una recuperación larga”.

La Revda. Kaylee Vida pastora de la IMU de Pine Island, está esperando para ver cómo están sus feligreses después de que el Huracán Ian destruyó el único camino hacia la isla.
Molly McEntire abraza a la Revda. Debbie Daley-Salinger en la IMU Wesley Memorial en Fort Myers, Florida después del Huracán Ian.

* Butler es productor/editor multimedia y Mike Dubose es fotógrafo para Noticias MU. Los puede llamar al (615) 742-5470 o escribirles a newsdesk@umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.

** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org

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Mike DuBose
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